Las cooperativas formadas a partir de los procesos de recuperación de empresas, enfrentan los mismos inconvenientes que el resto de las cooperativas de trabajo, pero además, deben cargar con las cuestiones judiciales y/o políticas, referidas a la titularidad de los bienes de las empresas que las precedieron.

La inmensa mayoría de las recuperadas, luego de años y años de trabajar de manera autogestiva, empujando empresas cooperativas absolutamente legales, cargan sin embargo con los conflictos devenidos de la falta de resolución de estas cuestiones. En la actualidad, son muchísimas las empresas que enfrentan difíciles situaciones en este sentido.

Se toman a continuación cinco casos emblemáticos. Por un lado, cuatro de Capital Federal (dos del rubro gastronómico, uno de gráfica y uno hotelero-gastronómico) que tienen fallos judiciales adversos, que los ponen frente a la posibilidad concreta de tener que pasar por situaciones no queridas como, por ejemplo, recibir ordenes de desalojo. Por otro, tomaremos el caso de El Gauchito Ltda., una cooperativa del trabajo de Mercedes, provincia de Corrientes.

La Litoraleña Ltda.

Es una fábrica en la que se producen pastas frescas, tapas para empanadas y pascualinas. En diciembre de 2015, sus trabajadores decidieron ir por el camino de la autogestión tras cinco meses de no cobrar su sueldo. El dueño no realizó aportes y además despidió a 29 personas quienes claramente, fueron víctimas de un vaciamiento empresarial. Los trabajadores y las trabajadoras de la Litoraleña tomaron la fábrica, la levantaron porque estaba desvastada y ahora, luego de tanto esfuerzo, tienen riesgos de que intervenga la justicia y los desaloje. Hasta que todo se torne «políticamente correcto» es un largo trecho de incertidumbre, organización y lucha.

La Casona Ltda.

Otro caso es el del restaurante cooperativo que está ubicado en Av. Corrientes 690, en pleno corazón del centro porteño. Tras la quiebra, los despidos y el vaciamiento del lugar, los trabajadores y trabajadoras hicieron uso de sus derechos para conformar una cooperativa y en julio de 2014 se convirtieron en dueños de su labor.

En la actualidad, además de lidiar con las cuestiones judiciales por el inmueble donde reside el restaurante y un posible desalojo, se encontraron con otro problema coyuntural: el tarifazo en los servicios y la suba de precios de las materias primas. En septiembre, la boleta de luz pasó de $ 8000 a$ 45 mil y la de gas, pasó de $ 1200 a $ 12 mil. Si estos precios se volcaran en la carta, La Casona se quedaría sin clientes, es por ello que el ajuste lo pagan los trabajadores y las trabajadores de sus bolsillos.

BAUEN Hotel

Otro ejemplo es el caso del reconocido Hotel BAUEN, situado en la Av. Callao al 300, en el barrio porteño de Congreso. Es un edificio de 20 pisos, que cuenta con 180 habitaciones abiertas al público, teatro y piano bar.

En plena crisis de diciembre del 2001 presenta quiebra y el cierre de sus puertas queda invisibilizado. Algunos trabajadores, pese al terrible momento que se vivía en la Argentina, pudieron ver que otro camino era posible y apostaron a la organización y a la lucha. Más allá de que hayan pasado 15 años de la conformación de la cooperativa, aún siguen sin poder expropiar el inmueble. La justicia siempre falló a favor de los propietarios, sin embargo jamás se dieron por vencidos. Siguen de pie porque algún día la mano de la justicia se hará para los trabajadores.

El Gauchito Ltda.

Durante los años 2005/2006, cuando un conflicto impuesto por un empresario irresponsable que -al margen de la ley- ejerció por años el fraude laboral y fiscal, esta experiencia cooperativa ha demostrado que la organización y autogestión de los trabajadores con el apoyo de la organización gremial, la decisión política del sistema público y la comunidad es una herramienta más para construir las bases de un proyecto justo, inclusivo e igualitario.

Se trata de una fábrica de pastas secas situada en Mercedes (Corrientes) que hoy, es otra unidad productiva que está siendo fuertemente golpeada por las medidas del gobierno nacional, a punto de estar luchando por su supervivencia.

Gráfica Patricios Ltda.

En la década de los ’90, el gobierno neoliberal dejó a los empresarios hacer y deshacer a su conveniencia. Vaciar las empresas era una de ellas y con la crisis de principios de siglo, esto se agudizó. Fue uno de los tantos casos el de la Gráfica Patricios, ubicada en el barrio porteño de Barracas.

Tras soportar el no pago de salarios, vacaciones ni aguinaldos, como así también el cese de pagos a proveedores, y luego de que los dueños declararan la quiebra en el 2003, los trabajadores y las trabajadoras decidieron tomar las herramientas de trabajo y seguir adelante, conformando una empresa autogestionada.

Actualmente, es otro de los casos que está siendo vapuleado por el tarifazo, ya que depende directamente de la electricidad para producir. Para tomar en cuenta los números, la tarifa de luz que antes la gráfica pagaba $ 27 mil, ahora llega a los $ 128 mil.

El proceso de recuperación de cada una de estas experiencias, está atravesado por las medidas económicas implementadas por el gobierno nacional a partir del pasado 10 de diciembre y las consecuencias de un modelo para pocos, se están sintiendo cada vez más.

Reclamo y toma del Ministerio de Energía

El pasado miércoles, representantes de empresas recuperadas, el sindicato de Curtidores y la Federación Gráfica Bonaerense, tomaron el hall del Ministerio de Energía y Minería ante la falta de respuestas por parte del gobierno, respecto del pedido de tarifas diferenciales para las cooperativas y recuperadas de todo el país, ante el descomunal aumento de los servicios. “Reclamamos una tarifa diferencial para nuestras unidades productivas”, afirmó Eduardo Montes, Presidente de la Fción. De Trabajadores por la Economía Social Ltda.

“Tal como lo planteamos desde el principio, el tarifazo es impagable y las cooperativas que dependen exclusivamente de estos servicios para producir, están en serios riesgos de bajar sus cortinas. Nosotros somos parte del desarrollo productivo e industrial del país y hoy tenemos muchísimas trabas para continuar trabajando”, dijo Christian Miño, presidente de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo.
El aumento de tarifas de electricidad se suma a los ya establecidos de agua y gas y afectan fuertemente al sector productivo que, al no poder hacer frente a estas subas, se ve ante la amenaza de cerrar sus puertas.