Esta nota fue publicada originalmente en ansol.com.ar

La importación descontrolada del cartón provocó fuertes bajas en los precios de oferta de las empresas, lo cual sumado a una inflación del 20% en apenas cuatro meses, pone en jaque al trabajo de más de 150.000 personas, entre cartoneros y cooperativas de reciclaje.

En ese marco, la Confederación Argentina de Trabajadores Cooperativos Asociados (CONARCOOP) alertó que la situación podría afectar a “unos 150 mil puestos laborales de todo el país”. Por tanto, desde la entidad piden que el Gobierno Nacional abra una instancia de diálogo para encontrar una solución al problema.

El presidente de Conarcoop, Ramiro Martínez, expresó en diálogo con ANSOL: “El impacto es a nivel nacional y por eso estamos buscando canales de diálogo con representantes del Gobierno Nacional que están en áreas estratégicas vinculadas al tema como pueden ser Matías Kulfas (Ministerio de Desarrollo Productivo) o Mercedes Marcó del Pont (AFIP)”.

“Queremos que escuchen la otra parte de esta cadena afectada porque el sector de la economía popular y social está siendo duramente castigado por esta situación. En la mayor parte de los casos, los compañeros de diferentes provincias ni siquiera están pudiendo comercializar el cartón o papel, que son básicos para cualquier cooperativa de gestión de residuos”, alertó Ramírez.

Las empresas plantean reducciones de hasta un 30% en el valor ofertado, luego de un cuatrimestre de precios congelados y una inflación que fue superior al 20%. Esa situación golpea gravemente a la actividad, ya que el cartón representa entre el 60% y el 80% del ingreso de los recicladores.

“La verdad que estamos incentivando y proponiendo la apertura del diálogo desde las diferentes organizaciones que tenemos representación nacional, con respecto a una situación grave, que se viene produciendo hace más de un mes. Necesitamos diálogo”, concluyó Martínez.

La raíz del conflicto

En diálogo con ANSOL, Alejandro Valiente, integrante del equipo técnico de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR), explicó: «Hay un sobrante de cartón en las fábricas. Debido a eso bajan el ritmo de retiros, reducen las compras, se ponen más selectivos con la calidad y hace que los intermediarios bajen los precios porque no saben cuándo van a poder vender ese cartón«.

Desde la federación, «sospechan» que se debe a un ingreso descontrolado de cartón del exterior: «El 2019 fue el año récord de importaciones de recorte para reciclar y el 2020 con la normativa derogada, el nuevo gobierno permitió importaciones por la misma cantidad. A marzo de este año calculamos la importación de 14 mil toneladas de recorte».

En ese contexto, no solamente se ven afectados los cartoneros y recicladores, sino también la industria que trabaja con el insumo y el medio ambiente. «Cuando importamos papel para reciclar, cartón o bobinas de alguna forma estamos trayendo la basura de otros países. Es una picardía que estemos derrochando dólares para importar algo que podríamos fabricar localmente«.

«Lo que está pasando hoy es que se le baja el sueldo a los cartoneros, algo que no puede pasar con los índices de inflación que tenemos. Es inadmisible», agregó.

El diálogo con los ministerios

La importación de recortes de papel y cartón depende de una aprobación del Ministerio de Ambiente de la Nación, que trabaja de manera articulada con la cartera de Desarrollo Productivo en el proceso. Desde la federación aseguraron tener contacto solo con funcionarios de segunda línea.

«Si dialogan entre ambos ministerios habría una posibilidad de restringir la entrada de basura porque hay una reglamentación especial al respecto. Argentina tiene en su Constitución prohibida la importación de basura», afirmó Valiente.

Lo que es la importación de bobinas -papel ya reciclado- depende de forma exclusiva del Ministerio de Desarrollo Productivo, y desde FACCyR proponen la generación de un mecanismo para que el material se produzca en el país.

«Un apoyo a la red logística para la comercialización de materiales utilizando la red de ferrocarriles, por ejemplo. Eso permitiría a la industria recicladora tener la seguridad de un abastecimiento constante de materiales para reciclar y ahí no necesitaríamos importar», destacó Valiente como la principal propuesta que le acercaron a la cartera de Desarrollo Productivo.

ANSOL se comunicó con Desarrollo Producto para consultar sobre la problemática, pero al momento de publicado el artículo no había obtenido respuestas.