La CGT y los empresarios pymes de la Confederación General Económica de la Argentina (CGERA) coincidieron en condenar la reforma laboral que el gobierno de Cambiemos baraja desde su llegada al poder y que este año se mantuvo en stand by al calor de la crisis económica y financiera. 

Desde el propio oficialismo y desde los espacios empresariales retomaron uno de los proyectos principales del macrismo pero el renovado impulso cosechó también rechazos de otros sectores del sindicalismo y de la dirigencia privada, planteando un posible foco de conflicto para los primeros meses del año electoral.

En el brindis de fin de año de CGERA, el titular de la CGT Héctor Daer advirtió que «ni el movimiento obrero ni el Congreso de la Nación van a aceptar la reforma laboral». 

El titular de la central obrera le pidió a las autoridades que abandonen la iniciativa para dedicarse a resolver los problemas que afronta la economía local: «Las PPP se les acaban de caer. Hay imprevisibilidad y van a tener problemas con los vencimientos de la deuda de corto plazo. En el gobierno dicen que este es el piso de la recuperación pero no hay un horizonte de corto plazo ni objetivos ni planes. Hay torpeza del gobierno», enumeró el también secretario General de Sanidad. 

Los anfitriones apoyaron la mirada de Daer. El empresario marroquinero, Raúl Zylbersztein, planteó que «no es momento para una reforma laboral» y señaló que «es un tema que divide igualmente a los sectores del capital y de la mano de obra». Por lo que reclamó «tener como prioridad la salida de la crisis» para después empezar a considerar un acuerdo. 

El diputado del PJ Daniel Scioli estuvo presente en el acto y se sumó a las críticas al gobierno de Mauricio Macri. «La salida es política» dijo con la mirada puesta en las elecciones del año que viene para las que prácticamente se lanzó como candidato la semana pasada. «Tiene que venir otro gobierno con otras ideas para encarar un acuerdo que saque al país de dónde lo va a dejar este gobierno cuando se vaya», finalizó.