Tras una semana de altibajos, la demanda de dólares volvió con fuerza en la jornada del jueves. El día anterior ya se había manifestado esta tendencia, pero la intervención del Banco Central la había contenido. Pero en esta ocasión, la suba fue sustancial.

Así las cosas, el dólar vendedor minorista cerró a $40,24 en el promedio de cotizaciones de bancos y financieras de la City, con un alza del 2,97 por ciento. En tanto, el dólar mayorista cerró a $39,55 y registró un alza del 3,4%. Se trata de un ritmo de subas que se aproxima al observado en la última semana de agosto.

De acuerdo con algunos operadores financieros, las órdenes de compra de dólares o de otros instrumentos dolarizados, incluidas las coberturas (una suerte de seguro de cambio a futuro), se deben a la “incertidumbre” por las negociaciones por el Presupuesto 2019 que aun no tienen definición; las negociaciones con el FMI; la resistencia social al ajuste; la caída del real brasileño ante el dólar a un mes de las elecciones en Brasil. “Demasiados flancos abiertos en simultáneo”, dijo uno de ellos.

“El problema es que en lo que queda de septiembre y parte de octubre, varios de ellos van a seguir vigentes. Hay que ver cómo decanta todo”, agregó.

Si la incertidumbre acelera las decisiones de dolarizar inversiones, al mismo tiempo desacelera las decisiones de vender dólares y comprar pesos. De allí resulta que el único oferente de dólares sigue siendo el Banco Central. Este jueves intervino en el mercado mayorista con una oferta reducida para el hambre de divisas que había, que U$$ 50 millones sobre el final de la rueda.

El dólar mayorista ya acumula un alza del 7% desde su piso de $ 36,99 el 7 de septiembre. Lo notable es el fortalecimiento de la aceleración de la suba.

En lo que va del año, la devaluación acumula un 112 por ciento.

Un dato relevante es que el volumen operado el jueves en el mercado mayorista de cambios fue bajo, en torno de los 440 millones de dólares.

«La insuficiencia de la oferta impulsó la suba del dólar más importante de la semana que lo hizo terminar en el nivel más alto desde la salida de la convertibilidad», dijo el operador Gustavo Quintana de PR Corredores de Cambio.

Un factor de demanda de dólares fue la liquidación de Letras del Tesoro (Letes) tras concluir la licitación de esta semana, que dejó un 30% de las letras sin renovar. Los poseedores de esos títulos fueron a reclamar los dólares a los bancos y estos, asu vez, los pidieron al Banco Central.

La volatilidad se acentuará a medida que se acerque el martes 18, fecha en la que se produce un nuevo vencimiento masivo de Lebac, la letra que emite el Banco Central y que los inversores han usado como vehículo para comprar dólares y provocar una corrida cambiaria con cada vencimiento desde mayo último.

El panorama es el de una nueva corrida dentro de una semana.