La deuda privada de las empresas se redujo fuertemente en el tercer trimestre de 2021, según datos oficiales. La cancelación abarcó tanto las deudas comerciales como las financieras. La contrapartida fue que ese proceso implicó que el Banco Central debiera abastecer a las compañías con una buena cantidad de divisas.

De acuerdo al «Informe sobre deuda externa privada» actualizado por el BCRA al 30 de septiembre pasado (último dato disponible), la deuda total era de U$S 78.091 millones, con una reducción de U$S 2679 millones con relación al trimestre anterior. Más de la mitad del stock remanente (U$S 41.546 millones) eran pasivos con origen financiero; una cuarta parte (U$S 21.760 millones) correspondían a saldos impagos de importaciones; mientras que el resto se dividía entre servicios y las obligaciones asociadas a las exportaciones (por ejemplo, las líneas de prefinanciación otorgadas por bancos extranjeros).

Este ítem, que suele pasar inadvertido detrás de las duras negociaciones de alto voltaje político con bonistas privados y con organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional, es uno de los que más divisas demanda, dentro del control de capitales establecido por el Central. El organismo se reserva el rol de vender las divisas en el mercado oficial para que las firmas privadas puedan hacer frente a estas obligaciones.

De acuerdo al desglose citado en el informe, una buena parte de esas deudas son intrafirma, de empresas locales a otras del mismo grupo ubicadas en el exterior. El calendario muestra un perfil de compromisos tan asfixiantes como los del Estado. De acuerdo al relevamiento del BCRA, algo más de U$S 50 mil millones vencen en los próximos 12 meses.

«La deuda externa financiera del sector privado se ubicó en U$S 41.546 millones al 30 de septiembre de 2021, observándose cancelaciones netas por U$S 760 millones en el trimestre, explicadas principalmente por la cancelación neta de préstamos financieros por U$S 549 millones y de títulos de deuda por U$S 250 millones. Adicionalmente, la otra deuda financiera mostró una suba de U$S 40 millones”, señala el documento.

Los números adquieren relevancia teniendo en cuenta la escasez de divisas en poder del Banco Central. Luego de los pagos al FMI de los últimos diez días, el nivel de reservas internacionales bajó a U$S 37.189 millones, el monto más bajo en mucho tiempo. Pero una vez descontados los encajes por los depósitos privados en moneda extranjera, los swaps con el Banco Popular de China y las tenencias de oro, las reservas líquidas no superarían los U$S 1500 millones, de acuerdo a estimaciones privadas.

Algunos analistas creen que la diferencia de cotizaciones entre el mercado oficial y los tipos de cambio alternativos alientan a las compañías a desendeudarse con dólares «baratos» del BCRA. En el gobierno también creen que esa razón, junto con los pagos al FMI y otros organismos, explican que el Central no haya podido incrementar sus reservas a pesar del superávit comercial récord de 2021. «En los últimos dos años se usaron 8300 millones de las reservas del BCRA para financiar amortizaciones e intereses de la deuda del sector privado”, dijo el ministro Martín Guzmán en su reciente informe a gobernadores provinciales.

En septiembre del año pasado, con el propósito de limitar la sangría en las reservas, el Central dispuso que cuando se tratara de vencimientos de deuda por más de U$S 1 millón por mes, las empresas privadas sólo tendrían acceso en el mercado oficial al 40% de las divisas requeridas; el resto debería ser refinanciado o bien conseguir dólares por su cuenta.

A pesar de las dificultades, la idea de las autoridades es evitar trabas en el sector de productivo. El presidente del Banco Central, Miguel Pesce, destacó al canal de noticias C5N que «hemos ido relajando los controles (cambiarios)» y que «las empresas que exporten más, traigan inversiones reales o consigan financiamiento tienen acceso al mercado oficial para pagar operaciones que están restringidas».   «