La apuesta del gobierno a la llegada de capitales extranjeros, como medio para superar la recesión, empieza a generar desconfianza incluso en los sectores empresarios que ven cada vez más difícil la posibilidad de que los inversores del mundo se sientan motivados por una economía que acumula señales de enfriamiento.

Entre los indicadores más polémicos, los hombres de negocios coinciden en resaltar los niveles de la ocupación de la capacidad instalada de las empresas, que aprecia caídas generales según el último dato del Indec.

En particular, las pymes acusan que algunas actividades ya están trabajando al 40% de sus posibilidades y aseguran que las inversiones no llegarán «sin señales claras del gobierno».

El 29 de septiembre el Indec informó que la utilización de la capacidad instalada de la industria se ubicó en el 63,6% en agosto con sectores importantes de la producción, como el químico, el caucho y el plástico, la edición e impresión, la industria automotriz y la metalmecánica por debajo de ese nivel.

En una entrevista que publicó este medio la semana pasada, el presidente de la Fundación textil Pro-Tejer, Jorge Sorabilla, alertó que el sector está trabajando al 65% (el Indec informó 74%) de la capacidad instalada debido al impacto de la caída del salario y por el avance de las importaciones a nivel local.

En la nota, el empresario asoció el tema con la falta de desembolsos («la inversión no se mueve porque las empresas tienen capacidad instalada ociosa») y con el empleo, cuando advirtió que con estos niveles «tengo gente que me sobra. La capacidad instalada ociosa también está en el personal.»

Naturalmente el indicador está enlazado con la desaceleración industrial. El último dato del Estimador Mensual Industrial (EMI) que elabora también el Indec arrojó una caída de la producción del 5,7% interanual. En sintonía, el 62,2% de las empresas que proporcionan información al ente público no anticipó cambios en la utilización de la capacidad instalada durante el trimestre septiembre-noviembre de 2016, mientras que el 22,4% previó una baja, y apenas el 15,4% una suba. Para el mismo tramo del año, el 30,1% de las firmas consultadas dijo que utilizará entre un 80% y 100%; a la par de un 44,8% que anticipó un uso de entre un 60% y 80 por ciento. Otro 25,1% de las empresas anticipó un nivel de utilización inferior al 60 por ciento.

Pymes en rojo

La situación es más compleja aún en las pymes. Daniel Rosato de la Unión Industrial de la provincia de Buenos Aires (UIPBA) aseguró que ya hay sectores de la producción en los que el nivel de uso de la capacidad instalada está en el 40 por ciento.

El empresario enumeró entre esos sectores al autopartista, previsiblemente golpeado por el derrumbe de las automotrices (14% en lo que va del año según la consultora FIEL) y el ámbito metalmecánico y metalúrgico que también ronda esos porcentajes.

Como Sorabilla, Rosato explicó la situación por la caída general de las ventas y por el creciente impacto de las importaciones por lo que la entidad industrial bonaerense alista un reclamo de medidas que piensa proponer a la gobernadora María Eugenia Vidal. En el contexto actual, observó, las inversiones del mundo se reducen a desembolsos puntuales de China. Por esa razón «hay que mejorar las reglas de juego y tener una política industrial a futuro para generar confianza puertas afuera. No podemos decir que no vamos a aumentar y al otro mes anunciar aumentos de la energía y los combustibles: faltan mensajes claros del gobierno.»

Por casa

Más allá de lo que llegue desde afuera, los primeros desinteresados en invertir son los empresarios argentinos. En la última edición del Coloquio de IDEA, que se realizó hace pocos días en Mar del Plata, la tradicional encuesta de expectativas que realiza la consultora D’Alessio Irol alertó que «se ha ampliado la brecha de la capacidad disponible por consecuencia de la retracción de las ventas, principalmente de la industria». Sin embargo, sólo un 13% de los 193 grandes empresarios consultados confirmó inversiones «significativas» para el ámbito vernáculo y un 44% reconoció que invertirá pero «moderadamente».