El miércoles por la tarde se formalizó el otorgamiento de la “personería social” a la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). Se trata de una figura institucional creada en la gestión del ministro de Trabajo Carlos Tomada pensada para organizaciones de trabajadores sin contraparte patronal que podría allanar el camino para el ingreso de las organizaciones sociales a la CGT.

Reivindica la política asistencial del gobierno frente a la pandemia y apuesta a una CGT unida en la que se escuche la voz del sector que representa.

-¿Qué implicancias tiene la personería social a diferencia de la gremial?

-La simple inscripción está vinculada a si hay un patrón visible y trabajás con recibo de sueldo. De allí surge la personería gremial. Como la mayoría de nuestros representados han sido expulsados de la formalidad del trabajo, no somos pymes y no nos consideramos emprendedores porque somos trabajadores, esta es la vía que encontramos. Ya la había propuesto (Carlos) Tomada y tiene el antecedente del sindicato de amas de casa.

-¿Qué beneficios les genera en términos formales?

-En primer lugar al reconocimiento del Estado, de organizarnos trabajadores y trabajadoras. Van a ser tenidas en cuenta las ramas que organizamos. Vamos a tener un estatuto con reconocimiento y una comisión directiva provisoria hasta que se hagan elecciones. El funcionamiento es como el de un sindicato. Por ser la personería social con más afiliados, por peso propio y por capacidad de movilización, vamos a tener la representación con el Estado. Esas son las diferencias y las coincidencias entre una y otra forma. Pero hay un par de temas importantes para destacar. Fuimos conceptualizando la economía popular con formas concretas: la venta ambulante, el cartoneo y las tareas de cuidado. Nuestra organización tiene el doble perfil de organización gremial y de organización comunitaria con un gran papel en la organización del trabajo.

-¿El lugar de la patronal lo ocuparía el Estado o al menos sería el objeto del reclamo?

-Sí, pero el concepto de patronal no sería adecuado porque no tenemos una relación patronal. Discutimos una paritaria vinculada a la política pública.

-¿Sería el Consejo del Salario Mínimo?

-Es una forma de discutir paritarias y ahí estamos como siempre, aunque no es que tengamos mucha importancia. Es cierto que la mitad del salario mínimo es lo que cobra un compañero nuestro como Salario Social Complementario. Deberíamos ver si sigue atado a eso porque el salario mínimo se plancha cuando debería servir para llegar a fin de mes. No se llega con $20.000. En ese reconocimiento también está implícito el reconocimiento de los militantes sindicales y de los distintos gremios. También de trabajadores concretos que ya no nos ven como el “choriplanero” cómo se planteaba antes. Cuando yo era metalúrgico, trabajaba nueve horas por día y cobraba un trabajo que me permitía llegar a fin de mes. Cuando cerró la fábrica, me hice vendedor ambulante y por más que laburara 15 horas por día no llegaba al salario del metalúrgico. Esa idea de que este sector no trabaja se utiliza para denigrarnos. En Ámbito Financiero salió una nota que dice que los piqueteros se institucionalizan para no ir al conflicto. Como si nosotros inventáramos el conflicto cuando el conflicto existe más allá de nosotros.

-¿Ya tienen estatus para entrar a la CGT? ¿Cómo está esa negociación?

-Son decisiones que están por encima del estatus que tenemos. Los canillitas están en la CGT y atienden un negocio. Está bien que se sientan parte de la clase trabajadora y estén en la CGT. A mí me parece que esto contribuye a sanar ese camino, pero no es suficiente como para que ello suceda. Hay que establecer un vínculo con los trabajadores formales para que se pongan en comunión con nosotros. Es un proceso que lleva tiempo y que estamos encarando desde 2016. Cada vez hay más sindicatos que están de acuerdo que seamos parte. La CGT y los sindicatos tienen que hacerse cargo de la representación de todos los trabajadores y no sólo de sus representados.

-¿Y la parte formal cómo se resuelve? ¿Cómo harán con el problema de la cotizaciones y las elecciones?

-Vamos a hacer elecciones y afiliaciones tranquilamente. La cotización es otro tema. Quizás será voluntaria o ya veremos. Todavía no lo hemos discutido.

-Pero eso exige el estatuto de la CGT…

-Las organizaciones generan sus recursos y quizás aportemos de ahí. Hoy no podemos decir cómo vamos a hacer si hubiera cotización. Habrá que dar esa discusión…

-¿Qué organizaciones entrarán?

-El MTE, el Movimiento Evita y muchas otras organizaciones. Hay lugar para 24 asientos. Algunas organizaciones puede que no entren pero están adentro de nuestra representación.

-¿Cómo va a ser el vínculo con aquellas organizaciones que no están adentro por decisión propia y cómo va hacer la negociación de ellos con el Estado? ¿Quedaron desplazados?

-Somos solidarios. Hoy tuvimos una reunión con otra organización que no está con la UTEP y yo fui a contribuir. No va a ser condición que estén adentro para que nosotros los representemos. Si nos piden que estemos en las negociaciones vamos a estar.

-¿Con un casi 45% de pobreza es un instrumento para luchar para salir de la pobreza o para contener institucionalmente el conflicto?

-Salir de la pobreza implica que nuestros compañeros mejoren derechos. Que se tenga en cuenta el trabajo y se reconozcan derechos. Es la pelea que venimos dando y vamos a continuar. Nos convocan al Consejo Económico y Social para ser parte de la discusión del proyecto de país. Somos un instrumento de tipo gremial que pelea por derechos como cualquier sindicato. Tiene que ver también con nuestra capacidad de hacer propuestas. De la pobreza salimos y tenemos un plan económico para salir de la pobreza. En otros momentos se ha desarrollado un mercado interno y se ha mejorado la situación de trabajadores pero nosotros seguimos en la informalidad. Queremos discutir qué formalidad va a tener este trabajador. Este es nuestro aporte.

-¿Cómo evaluás la política del gobierno frente a la pandemia y la pobreza tomando en cuenta la finalización del IFE? ¿Cómo se van a posicionar frente al gobierno?

-Durante la pandemia se hizo lo mejor que se pudo hacer. Hicimos mucho esfuerzo sobre todo nuestras compañeras para que le llegue el alimento a los más pobres. Ahora hay que avanzar para evitar un proceso de mayor concentración. Es la pelea que vamos a dar. Algunos economistas dicen que estamos saliendo. Pero estábamos en “menos diez”. Hay que tener en cuenta cómo nos dejó Macri. Con un endeudamiento brutal, una devaluación y una desvalorización de nuestros ingresos sin precedentes. A eso hay que agregarle la pandemia. En ese marco el gobierno ha hecho las cosas bien en términos asistenciales. Ahora hay que dar una pelea de conjunto por precios y salarios. Todo lo que el capitalismo expulsa hacia la informalidad lo tenemos que transformar en organización y en más derechos.

-¿Cómo se posicionan frente a la conducción de la CGT? ¿Es necesaria una nueva conducción?

-Hay que construir más unidad. No sé si tiene que ser nueva o vieja la conducción. Lo importante es la unidad de la CGT y de los movimientos populares acompañando a un Estado que contribuye a la distribución de la riqueza. Es lo mejor que nos puede pasar. La fragmentación de los movimientos populares y los sindicatos es lo que le conviene el poder económico. Hay que hacer el mayor esfuerzo para construir unidad, ponerse de acuerdo para construir una cosa homogénea y que se pueda discutir un proyecto de país. Que la CGT tenga en cuenta la palabra de los movimientos populares. Si estamos afuera; y se estamos adentro, mejor.