Dentro de la retracción generalizada de la actividad económica, la industria está sufriendo una caída estrepitosa. Así lo revelan los informes que se conocieron en estos últimos días, tanto de organismos oficiales como de consultoras privadas.

El estimador mensual de actividad económica (EMAE, como se lo conoce) que elabora el Indec marcó que el sector manufacturero fue el que más empujó hacia abajo la actividad de agosto. En ese mes el conjunto de la economía bajó 1,6% con relación al mismo período del año pasado, según se dio a conocer este miércoles. Casi la mitad de esa baja se explica por el comportamiento adverso del sector manufacturero, que retrocedió 4,1% interanual. De los 15 rubros relevados, sólo el comercio mayorista y minorista tuvo una baja mayor (5%), aunque su incidencia final en el indicador es algo menor. En el otro extremo de la escala brilla el sector financiero, que creció 7,1% gracias a las formidables ganancias que están embolsando los bancos por las letras con intereses astronómicos que emite el Banco Central. El único dato que atenuó un poco las sombras del informe oficial fue la recuperación de 1,3% en el cálculo desestacionalizado de la actividad con relación a julio.

Ya con números más actuales, otros dos estudios anticiparon que la caída de la industria continuó en septiembre. Para la consultora Orlando Ferreres & Asociados, la baja fue de 8,1%. El derrumbe se sintió fuerte en el sector automotriz (20,6%) y en el de maquinaria y equipos, clave para detectar el comportamiento de la inversión (20,1%). «Todos los sectores industriales que componen el índice registraron números negativos, reflejo de una crisis generalizada”, detalló el informe. Con relación a los próximos meses, el pronóstico de OJF fue pesimista: “ El actual contexto de caída salarial, alza inflacionaria, baja del consumo y un nivel de tasas muy elevado no nos permite pronosticar un rebote de la actividad industrial en lo que resta del año».

Para la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), los números fueron aún peores: 8,7% de retroceso en el índice de producción industrial con relación a septiembre del año pasado y 1,7% en el acumulado de los nueve meses del año. Los números son más rojos en las áreas de bienes de capital (-15.8% interanual) y bienes de consumo durables (-13%). De cara a los próximos meses, la previsión es tan negativa como la de Ferreres: “La fase recesiva se prolonga y en el corto plazo no aparecen aún indicios que sugieran una rápida reversión de la misma”.