La industria cayó 25,6% en abril y arrastró al primer cuatrimestre a un retroceso del 7,6%, informó la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) a través de su Indice de Producción Industrial (IPI).

El cuarto mes fue el primero bajo cuarentena total, lo que como se preveía se reflejó en las estadísticas del sector secundario de la economía.

FIEL destacó fuertes caídas en sectores que directamente no operaron, como la industria automotriz, y en otros asociados a actividades muy importantes de la economía local como la construcción.

La fabricación de autos se precipitó un 39,4% y los minerales no metálicos produjeron un 35,1%, a la par de la siderurgia que registró una caída del 24,5%. Otra fuerte caída se apreció en el sector tabacalero (-21,7%); mientras que Papel y Celulosa y Metalmecánica se hundieron 15,6% y 9,1% respectivamente.

Por debajo del promedio cuatrimestral (-7,6%) terminaron el petróleo procesado, que bajó 3,3% respecto al mismo tramo de 2019, y los insumos textiles, cuya producción bajó 0,1%.

Los únicos dos sectores que crecieron fueron alimentos y bebidas, una actividad que resultó traccionada por la producción de proteína animal, y los insumos químicos y plásticos, que marcaron una suba del 4,7% interanual, indicó la fuente.

FIEL destacó que en la clasificación según el tipo de bienes las mayores caídas fueron de los bienes de capital y de los bienes durables atadas al freno de la industria automotriz, maquinaria agrícola y línea blanca.

Asimismo subrayó por el lado de los bienes no durables e intermedios que la producción de alimentos y actividades químicas evitaron un mayor retroceso gracias a repuntes puntuales.

De cara a mayo el pronóstico es negativo pese a la reactivación de los primeros sectores que salieron de la cuarentena. 

Y hacia adelante la proyección no mejora: «el desempeño de la industria en los próximos meses mostrará parsimonia en alcanzar anteriores niveles de producción. No contribuye a una acelerada recuperación el deterioro de las expectativas de
crecimiento y la confianza en la industria de Brasil», concluyó el informe.