La actividad industrial cayó 5,7% en julio último. Fue la tercera caída consecutiva, según el estimador mensual que publica el Indec. En el acumulado de los primeros siete meses del año, el nivel de producción del sector no mostró cambios con relación al del mismo período de 2017 y perdió todos los progresos que había mostrado en la segunda mitad de ese año.

Las disminuciones más drásticas en términos interanuales fueron en los sectores de refinación del petróleo y en la industria textil. Según el relevamiento oficial, en el primero la caída de la producción de 20,9% se debió a una serie de paradas técnicas en las plantas del sector que habían comenzado en junio y se prolongaron más de lo previsto.

En cambio, en el rubro textil, el Indec atribuyó la retracción de 12,9 % a “una disminución en la demanda interna de productos terminados que afecta, principalmente, al rubro de indumentaria”, motivada en “la desaceleración del consumo interno, principal destino de la producción nacional”.

Las bajas también fueron importantes en industria metalmecánica (11,9%), productos y sustancias químicas (9,6%) y edición e impresión (6,1%). Los únicos dos sectores que tuvieron evolución positiva con relación al año pasado estuvieron vinculados a la exportación: las industrias metálicas básicas (13%), gracias a las ventas de acero, y la automotriz (12,9%), por el envío de utilitarios a Brasil.

Los números alimentan el malhumor empresarial, nacido en la poca predisposición que los industriales advierten en el gobierno de apoyar al sector y fomentado por la caída de la demanda, los tarifazos y las altas tasas de interés. Las retenciones a las exportaciones que el gobierno anunció esta semana tensaron aún más la relación, lo que se reflejó en el faltazo del jefe de Gabinete, Marcos Peña, a los actos por el Día de la Industria.

En cambio, la construcción mostró buenos números en el informe de la actividad del sector que realiza el Indec. La variación interanual fue de 0,7% con relación a julio del año pasado, aunque con una luz de alerta por la caída de 2,5% en el índice desestacionalizado con relación al mes anterior. La fabricación de la mayoría de los insumos para la vivienda tuvo una evolución positiva, pero en cambio se derrumbó a la mitad la producción de asfalto (cayó 47,1% interanual), lo que demuestra el parate de las obras viales que financian el gobierno nacional y las provincias.

Panorama

No hay demasiadas expectativas de que en los próximos meses la situación pueda mejorar. Por el contrario, los agentes económicos sospechan que empeorará. El relevamiento sobre expectativas de mercado que dio a conocer el Banco Central, elaborado a partir de una encuesta realizada a fines de agosto entre bancos, entidades financieras y consultoras, señaló que se espera una caída de 1,9% del PBI para el año en curso y que recién en 2020 habría una leve mejora de 0,5%. Son cifras sustancialmente menores que las del mes pasado y que podrían ser todavía más bajas en los próximos meses si, como admite el discurso que el gobierno estrenó esta semana, el conjunto de la economía cae 2,5% para fines de año.