La Anses oficializó un incremento del 12,22% para las jubilaciones, pensiones y asignaciones familiares a partir del 1 de septiembre. Ese es el resultado de aplicar la fórmula de movilidad de los haberes prevista en la ley 27.426. La resolución, según trascendió, está lista para ser publicada en el Boletín Oficial.

Con este aumento, la jubilación mínima pasará a ser de $ 12.937, con un incremento interanual de 49,8% con relación a la de septiembre de 2018. Descontada la inflación del período (55,8%), quedaría consagrada una reducción neta en los haberes previsionales cercana al 4%, aunque la pérdida en el poder adquisitivo podría reducirse si los índices de precios de los próximos meses tienden a caer.

El ajuste no alcanzará para cubrir siquiera la mitad de los gastos en que debe incurrir un matrimonio mayor. Según un cálculo realizado por la Defensoría de la Tercera Edad porteña, la canasta básica del jubilado (que incluye los gastos de vivienda, alimentación, medicamentos y transportes más representativos del sector pasivo) costaba en abril $ 30.524. Si se considera la inflación transcurrida desde entonces, ese conjunto de bienes y servicios insumiría cerca de 35 mil pesos. Así considerada, la jubilación mínima apenas cubriría entre el 35% y el 40% de esas necesidades. “Inclusive en aquellos casos en los cuales se perciben dos haberes estarían sólo aproximándose a los valores de esta canasta”, estiman en la Defensoría.

El aumento, que es el tercero de este año, no incluye la Asignación Universal por Hijo (AUH). En marzo, para paliar la crisis desatada por la estampida del dólar y los precios, el gobierno resolvió dar un aumento extraordinario del 46% que absorbiera por adelantado las actualizaciones previstas para ese año. En cambio, las pensiones no contributivas y la PUAM (Pensión Universal para el Adulto Mayor) también se verán beneficiadas por el reajuste.