El gobierno y los principales consorcios privados de acreedores acordaron seguir negociando incluso después del límite prefijado del martes, en el que vence la oferta para canjear los bonos por más de 66 mil millones de dólares emitidos bajo ley extranjera. Al cierre de esta edición, el Ministerio de Economía preparaba el documento a presentar ante la SEC estadounidense, organismo que regula la oferta de valores públicos en ese país, para alargar el plazo al menos por diez días.

La decisión compartida es continuar la negociación hasta llegar a un acuerdo que flota en el aire, pero aun no está a la vista. Todavía hay muchos detalles técnicos que pulir, o mejor dicho, muchos miles millones de dólares de diferencia que no se sabe quién resignará.

La mayor cercanía entre las partes quedó evidenciada al conocerse las nuevas proposiciones del Palacio de Hacienda y también de los grupos Ad Hoc y Exchange Bondholder, dos de los tres nucleamientos más fuertes de bonistas. Las dos fueron difundidas el jueves, al vencer el pacto de confidencialidad que enmarcaba las conversaciones y que fue rápidamente prorrogado. “Confiamos en que nuestra nueva propuesta conjunta proporcione la base para una solución de colaboración que sirva tanto al interés del pueblo argentino como a ayudar a restaurar la confianza de la comunidad financiera internacional”, dijo el comunicado difundido por White & Case, el estudio jurídico que asesora al primero de esos consorcios.

La respuesta oficial, a cargo del ministro de Economía, Martín Guzmán, fue un poco más fría pero no cerró ninguna puerta. “El grupo de acreedores llamado Ad Hoc se movió en la dirección correcta con respecto a su oferta previa, pero el movimiento fue corto, insuficiente para las necesidades del país. Nos hemos acercado pero aún hay un camino importante por recorrer”, señaló. No fue casual la mención: el grupo Ad Hoc es liderado por BlackRock, el fondo de inversión con el cual Guzmán tuvo mayores diferencias desde que arrancó el proceso.

El ministro también dio a entender que hubo mayores coincidencias con el tercer grupo, en el que se encuentran Fintech, Gramercy y Greylock, entre otros; pero se amparó en la cláusula de confidencialidad para no dar más detalles. El representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos, terminó de pintar la situación: “Hay una cantidad de acreedores que están por fuera de los grupos que se conocen. Los fondos de inversión como BlackRock tienen posiciones importantes y por eso se negocia con ellos. Pero no representan la mayoría”.

Cuestión de números

La propuesta compartida del Ad Hoc y el Exchange contempla reducir los intereses a un promedio de 4,25% anual (antes pedían entre 4,77% y 4,98%) y esperar a 2025 para el inicio de las amortizaciones de capital. Así, afirman, se lograría un alivio en la deuda (debt relief en la jerga financiera) de U$S 23.800 millones en los primeros cuatro años y U$S 36 mil millones en total.

Hacienda contraatacó con un conjunto de diez bonos, la mitad de ellos en dólares y el resto en euros, que devengarán intereses desde 2022 (un año antes de lo ofrecido en el principio) y en algunos casos tendrán amortizaciones semestrales en vez de anuales. Si bien se mantiene la quita de capital de entre 5% y 12%, según el papel, agregó otro instrumento con vencimiento en 2034 por los intereses devengados hasta que se concrete el canje. Este adelantamiento en los pagos mejoraría el valor presente neto de los títulos, el indicador que los bonistas miran con mayor atención: se iría a un rango de 45-50%, unos cinco puntos más de la propuesta inicial pero cinco puntos menos del umbral que exigen los acreedores para cerrar trato.

Dos datos completan el panorama. Uno es que, consumado el default, no se conocieron demandas judiciales por los U$S 503 millones de intereses impagos del bono Global. Otro es el optimismo de los mercados: el viernes los bonos subieron hasta 7% y el riesgo país se mantiene en torno a 2600 puntos, muy por debajo de los 4000 que supo mostrar dos meses atrás. Es otro indicio de que el acuerdo está más cerca, aunque demora en concretarse.