Después de tres días de intensas deliberaciones, la Cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC) finalizó sin acuerdos sobre ninguno de los ejes propuestos al principio de las actividades. El director General de la entidad internacional, Roberto Azevedo, se lamentó largamente durante el discurso final, y señaló a los países participantes por haber evitado «concesiones» durante las mesas de negociación.

«En la mayoría de los casos no hubo acuerdos», masculló el brasileño frente a un auditorio repleto de periodistas de todo el mundo. El referente atribuyó el fracaso a la intransigencia de los negociadores y se resignó a informar que las conversaciones continuarán en los próximos meses. «Hay vida después de Buenos Aires», le marcó a la «chair», Susana Malcorra, que seguía atentamente el discurso.

Decepción y amargura fueron palabras que abundaron en el mensaje de despedida a la par de elogios para los facilitadores que trabajaron «denodadamente» para intentar acercar las posiciones de las partes, en la mayoría de los casos infructuosamente.

El desarrollo «seguirá siendo el centro de las prioridades» anticipó Azevedo de cara a lo que viene. Al mismo tiempo, el director de la OMC exhortó a los países miembros a: «Hacer un examen de conciencia y a ejercitar la instrospección para comprender las necesidades del otro» a la hora de negociar.

El brasileño destacó al comercio electrónico y a la pesca como sectores en los que se apreciaron «avances» pero reconoció que: «queríamos ir más lejos» por lo que llamó a «cambiar la actitud para progresar en el futuro». Según dijo, en los tres días de la Cumbre de Buenos Aires se apreció interés de los asistentes «lo que indica que algo estamos haciendo bien» y, además, se realizó un foro empresarial por primera vez en la OMC, una iniciativa muy celebrada por funcionarios y empresarios de todos los países.

Azevedo también resaltó a manera de conclusión que la Cumbre envió: «Un mensaje importante a favor del sistema de multilateralidad comercial», frente a la defensa férrea del proteccionismo que encarnó el gobierno estadounidense. Pero no pudo evitar una vez más reconocer la: «Decepción por el hecho de que este apoyo no se haya traducido en acciones concretas».

«Si apoyamos a la OMC -prosiguió- tenemos que dar muestras claras. Multilateralidad no significa que siempre consigo lo que quiero sino que obtengo lo que puedo». Proseguir con la actitud intransigente, agregó: «Es la receta para el fracaso. Así que tenemos que hacer concesiones. Aunque a veces sean penosas. Eso faltó en Buenos Aires. Hay que hacer gala de flexibilidad para que el sistema funcione. Y tenemos que creer en esto», concluyó.