Todavía no comenzó a gobernar Alberto Fernández y ya existen señales de la actitud que tendrán los dirigentes sindicales de la CGT con el nuevo gobierno con relación a los reclamos de reforma laboral que pregonan desde la Unión Industrial Argentina (UIA).

La negativa a revisar los convenios laborales vigentes de parte de muchos dirigentes sindicales cambió con al ascenso electoral de Alberto Fernández del Frente de Todos. Una vez descartada la intención de avanzar en una ley general de reforma laboral el camino de la revisión de los convenios sector por sector comenzó con el actual gobierno a partir del convenio para la extracción de hidrocarburos no convencionales en Vaca Muerta y se abrió camino en otros gremios como el lechero y el de la televisión (SAT). Las presiones patronales se ejercieron especialmente para Camioneros y otros gremios como el Bancario con el propósito explícito de reducir costos laborales en nombre de las «nuevas tecnologías».

La presentación del Plan Productivo 2020/2023 de la UIA fue el escenario que eligió el líder de los trabajadores metalúrgicos para dar a conocer la flexibilización de su posición: “dentro de la UOM hemos puesto a los técnicos a trabajar para adaptar las nuevas categorías para los trabajadores que vienen e incorporar a nuevos trabajadores que antes no había».

De ese modo la apertura del convenio apuntaría a recategorizaciones en los puestos de trabajo según diversas actividades para adecuarlas a los nuevos procesos productivos. El riesgo, en un contexto de ofensiva patronal y relación de fuerzas desfavorable a partir de la pérdida del poder adquisitivo y los miles de despidos en el sector (se estiman 70 mil en cuatro años), es que la discusión implique una avanzada sobre otros aspectos que las patronales también aspiran a revisar.

Para Caló “no podemos negarnos a reformularlo cuando es del 75″. La idea es realizar una propuesta desde el sector gremial para ponerla a consideración de las patronales una vez que ésta este concluida.

Según el portal Infogremiales, “no hay precisiones de cuándo estará terminado el trabajo de los técnicos, ni cuando el borrador llegará a manos de los empresarios”. Fuentes muy cercanas al dirigente de la UOM señalaron a Tiempo Argentino que “lo único que hay por el momento es lo que dijo Caló, se generarían nuevas categorías”.

Pero la iniciativa de Caló no cayó como rayo en cielo sereno. Rodolfo Daer, titular del sindicato de la alimentación y hermano del secretario general de la CGT, Héctor, también se pronunció en favor de adecuar el convenio de su actividad «sin modificar la Ley de Contratos de Trabajo». Daer, puntualizó que «en el caso de alimentación, cuando se actualizó el convenio en el año 1989, no existía ni Internet ni el celular» explicó para dar vía libre a la discusión.

El dirigente sindical, además, recogió el desgastado argumento que asegura que una reforma laboral o de los convenios podría generar más empleo: «el Convenio puede adecuarse y aprovechar las transformaciones de las última décadas para generar empleo de calidad en el sector» y, subrepticiamente, explicó que la adaptación dependerá de la “la realidad industrial que tiene” que conoce “cada organización sindical”.

En el mismo sentido se pronunció Facundo Moyano que, alejado de la vida gremial en el sindicato de peajes y dedicado a la representación parlamentaria, dialogó con Radio Con Vos y señaló, sin vueltas, que es necesaria «una actualización para proteger al mercado laboral» porque, destacó, «hay un 40% de trabajo no registrado, evidentemente algún problema hay».

Por eso, y en línea con la orientación de Alberto Fernández y su equipo económico explicó que «hay que discutir una actualización laboral rubro por rubro. Decir que no hay que discutir nada respecto al sistema laboral es una estupidez». Con todo matizó su posición señalando que “no se tiene que discutir a libro cerrado y al modo Macri (que) discutió la reforma laboral pero atacando al sindicalismo, queriendo meter preso a los dirigentes sindicales, echándole la culpa al peronismo de los últimos 70 años de la Argentina”. Es que, sobre el desarrollo tecnológico que utilizan las patronales para discutir adecuaciones destacó que «no podemos ir en contra de eso. Creo que hay que adaptarse”, concluyó.