«Si el Estado decide que el mercado de los aviones crezca y que el de los ómnibus caiga, hay un montón de gente que está sobrando», desafió un empresario del transporte de pasajeros de larga distancia consultado esta semana sobre la situación del sector.

Con la crisis económica y la llegada de las aerolíneas low cost como espadas principales, las empresas de colectivos se plantaron frente al recorte de subsidios de un gobierno «enamorado de la aviación» y amenazan con despedir a 4000 trabajadores del sector.

Esa cantidad corresponde solamente al 20% de los empleados de la cámara más representativa de las cuatro del sector.

El sindicato Unión Tranviarios Automotor (UTA) discutió ese panorama y advirtió que si se producen despidos habrá «conflicto».

Por estos días, la patronal y el gremio mantienen reuniones con los ministerios de Transporte y de Trabajo. La evaluación de esos encuentros varía según la fuente.

Los empresarios dijeron a Tiempo que en Transporte se está negociando una nueva regulación para el sector, con más libertad para las patronales y menos controles del Estado. Las empresas quieren que el gobierno renueve los permisos vencidos, que elimine a la competencia «ilegal» y que flexibilice las obligaciones normativas que, por ejemplo, garantizan un mínimo de servicios o establecen márgenes tarifarios.

En Trabajo, en tanto, se está analizando «preventivamente» la situación de los trabajadores empresa por empresa, aseguran desde la cámara patronal.

Mientras esperan respuestas, las empresas aprietan con los despidos de «entre 3500 y 4000 empleados», indicó en reserva un vocero de una cámara. «En las condiciones actuales, con dificultades para pagar los salarios, esa cantidad está sobrando», definió.

El secretario gremial de la UTA, Oscar Mata, rechazó el diagnóstico de las empresas: «Ni coincidimos ni lo aceptamos», declaró. El dirigente sindical denunció que las cámaras están aprovechando la baja del mercado y la llegada de las aerolíneas de bajo costo para presionar por subsidios del Estado. «Entre ellos mismos no hay claridad de conceptos. Que hagan lo que corresponde y den un buen servicio», retrucó.

Así las cosas, las partes coincidieron en un pronóstico de conflicto en el mediano plazo.

Reconversión

En los últimos meses circuló la versión de que algunas empresas de ómnibus estudian reconvertirse en aerolíneas de bajo costo para aprovechar las facilidades que propicia el gobierno.

Los empresarios consultados por este medio confirmaron que la empresa Vía Bariloche informó formalmente su interés al Ministerio de Transporte, por lo que «está pendiente de la próxima audiencia pública», que a la fecha no tiene día ni horario definidos.

Las mismas fuentes contaron que, tras obtener autorización para volar 72 rutas, la aerolínea FlyBondi tentó a las empresas Flecha Bus, Vía Bariloche y Andes Mar, para formar parte del negocio.

Según la versión, la low cost suspendida momentáneamente, porque no tiene aviones ni personal, ofreció una parte de las ganancias a cambio de las redes comerciales de esas transportistas. 

Las empresas habrían rechazado la oferta por «dudosa» y a instancias del malestar que generó en la UTA. Sin embargo, la chance de novedades sobre el tema «sigue tan abierta como los cielos». «