El pedido del presidente Mauricio Macri para que la población deseche sus lámparas tradicionales y de bajo consumo para cambiarlas por las modernas LED abrió un negocio de 4.800 millones de pesos para las empresas importadoras, que se preparan para abastecer un mercado que les está reservado en un 100%.

La atomización define al mercado, que el año pasado explotaron 180 importadores. De esa totalidad, las empresas que se dedican exclusivamente al rubro iluminación son apenas 5 y tienen el 40% del mercado.

Este lunes el mandatario nacional defendió las luminarias LED con el argumento de que además de ser más eficientes se abarataron un 70% solo en 2017. Y en ese marco aseguró que el ministro de Producción Francisco Cabrera “trabaja con los fabricantes para que bajen los precios todavía más”.

Sin embargo en la actualidad no queda ni una sola empresa nacional que fabrique LED para uso domiciliario, por lo que todo el beneficio quedará a disposición, inevitablemente, de los importadores.

Las empresas estiman que este año las LED tiene un mercado potencial de 60 millones de unidades que, a un precio promedio de 80 pesos por lámpara, representa un horizonte de 4.800 millones.

“La oportunidad de recambio y potenciación del ahorro es gigantesca”, destacó Germán Fiocchini, encargado de Producto de Phillips Argentina, la empresa que lidera el mercado domiciliario.

Fiocchini avaló que los precios en 2017 bajaron entre un 50% y un 70%, como declaró Macri el lunes en conferencia de prensa, y explicó que la reducción se debe a la baja del impuesto que cobraba el Estado argentino a la importación, que el gobierno redujo del 11% al cero por ciento.

El segundo factor determinante, explicó el hombre de Phillips, fue el importante desarrollo de la tecnología a nivel mundial. En 2015 el mercado argentino era de 2,5 millones de lámparas, comparó el experto. La misma razón explica que las ventajas comparativas que lograron desarrollar los países productores, todas naciones asiáticas, con China a la cabeza.

Las compañías del sector y los estudiosos del tema coinciden que esas ventajas hoy hacen imposible para las fábricas argentinas la posibilidad de competir. El arancel cero que dispuso el Ejecutivo se tradujo en los pocos casos que quedaban en actividad a una baja de persiana total.

La consultora María Eugenia Testa aseguró que la capacidad de los fabricantes nacionales quedó limitada al segmento del alumbrado público, en el que también tienen problemas para insertarse dada la penetración de los productos importados, pero no quedan empresas que produzcan LED, ni lámparas halógenas. Tampoco incandescentes, que se prohibieron en 2011, contó.

El presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL), José Tamborenea, precisó que las empresas que nacionales que quedaban en pie eran Ken Brown, que en las condiciones señaladas prefirió levantar la línea de producción de LEDs, y Convector, que cerró.

El piso de los precios

Cuando Macri señaló que Cabrera “trabaja con los fabricantes para que bajen los precios todavía más”, omitió decir que los fabricantes son todos asiáticos. En rigor, las conversaciones del ministro con las empresas se limitan al universo de importadores, pero incluso estos aseguran que las chances de bajar más de lo que bajaron los precios en 2017 pasa exclusivamente por la decisión de publicar a las LED en los programas Precios Cuidados y Ahora 12.