Las atracciones típicas del receso de invierno subieron un 70% promedio en comparación con las vacaciones de 2016, según un informe de la Universidad de Avellaneda (Undav). El aumento fue del 77,6% en dos años. 

Entre los precios que más subieron está el cine, que aumentó a ese nivel; el teatro, que se encareció un 75%; los restaurantes, con una suba del 73%; y los juegos, que apreciaron incrementos del 65% promedio. 

El Observatorio de Políticas Públicas de la  Undav presentó su Infografía de Turismo Invernal, en la que se refirió al efecto de la pérdida de poder adquisitivo del salario en relación con las opciones recreativas de este invierno. 

“El turismo interior en temporada invernal es uno de los principales motores de numerosas economías regionales. Entre los factores que influyen sobre los flujos turísticos en el corto plazo, se destaca en primer lugar la relación entre precios internos y salarios. También tiene incidencia la tasa de interés y el tipo de cambio, aunque de manera secundaria. Por un lado, se profundiza la pérdida de poder adquisitivo del año 2016”, propuso el informe como primera definición. 

El informe apunta que el nivel de las paritarias que se firmaron hace prever un segundo año “de salarios reales a la baja”, lo que redundaría en una actitud “más conservadora” a la hora de definir vacacionar. A la par, los estratos más altos sufrieron “la apreciación cambiaria de 2016 y la primera parte de 2017, oficiando de incentivo para el turismo invernal fronteras afuera”. 

La Undav informó que la ocupación hotelera cayó 25 puntos porcentuales respecto al invierno de 2015 en un contexto en el que se destaca que más del 20% de los hoteles cerraron “o piensan hacerlo”, una cifra que aumenta al 50% “si se adiciona aquellos que decidieron abrir sólo en temporada”.

Como consecuencia, las ganancias del empresariado del sector  se redujeron del 40% de la facturación total al 20% “en menos de dos años”.

La actividad cayó, a la par del turismo social que consumen jubilados y estratos medios y bajos, un 30% respecto a 2015. “Las previsiones más pesimistas marcan que, a nivel general, la actividad turística este invierno se reduzca hasta un 10% respecto al año pasado”, vaticinó la fuente. 

En ese orden, los precios de los productos típicos de las vacaciones presentan incrementos que van desde el 55% al 100% y, lo que resulta más preocupante todavía, las canastas de vacaciones que más aumentaron son las más “austeras”, es decir, las asociadas con los sectores sociales de menores recursos.

El aumento promedio de la canasta turística fue del 70% “acumulado respecto a 2015”, precisó la fuente. .