Una vez finalizado el receso invernal, las clases no se reanudaron en la provincia del gobernador y precandidato a vicepresidente Juan Manuel Urtubey. Este lunes comenzó la tercera semana consecutiva de paro general de la docencia salteña.

El conflicto tiene la peculiaridad de no estar conducido por los sindicatos docentes locales ni por la CTERA sino por un movimiento autoconvocado que ya ha jugado un papel destacado en paritarias anteriores. Mediante asambleas masivas, delegados de base y movilizaciones los trabajadores de la educación transitan un paro cuyo acatamiento supera el 80% en toda la provincia. Una masiva movilización realizada el miércoles 24 fue fuertemente reprimida por la policía provincial y resultó detenida la docente Celia Alancay, a quien le abrieron una causa por privación ilegítima de la libertad.

El gobierno provincial, hace unas horas, publicó el decreto 1046 en el que resuelve (en forma unilateral) conceder algunos de los reclamos docentes que forman parte de la propuesta general que fue rechazada por mayoría en la asamblea auto convocada del pasado viernes.

Según lo dispuesto por el gobierno provincial se otorgará un aumento del 7,5% en los haberes del mes de julio acumulando un 25% en lo que va del año y, a partir de ahí, se indexarán los salarios con la inflación oficial garantizando un aumento mínimo del 38% para el presente ejercicio. Al mismo tiempo, según declaraciones del jefe de gabinete provincial, se pagarán los días caídos por la huelga hasta el lunes y, a partir del ahí, comenzarán a aplicar los descuentos.

Con todo, para los docentes, resulta insuficiente porque no hay una propuesta de actualización del incentivo docente y solo se posterga hasta diciembre el fondo compensatorio que perciben los trabajadores de la educación y que el gobierno decidió discontinuar.

Carmen Venencia, dirigente de la agrupación Tribuna Docente de Salta y animadora del movimiento de docentes auto convocados explicó a Tiempo Argentino que “lo rechazamos fundamentalmente porque no hay recupero del año pasado. Es cierto que mejoraron la oferta con una cláusula gatillo de inflación hasta fin de año pero arrastramos una caída del 20% del salario”. Además, explicó, “el incentivo docente está congelado desde hace tres años y el fondo compensador desaparece a fin de año porque se van reduciendo las partidas.”

Según la dirigente “también pesa que no hay un acuerdo formal para el pago de los días de huelga. Distinto sería si el gobierno firma un compromiso con los delegados auto convocados. Dijeron de palabra que pagarán los días caídos sólo hasta el viernes con el propósito de producir un desbande del paro a través de una extorsión”. Igual, destacó, “hubo una movilización muy grande el mismo lunes y un acatamiento del 75%”.

Solidaridad y expectativas desde Buenos Aires

El impacto de la huelga se hizo sentir también en Buenos Aires a partir de la iniciativa de distintos sindicatos docentes de todos los niveles que se congregaron en la casa de Salta para repudiar la política oficial, reclamar el cese de la persecución judicial a los maestros, exigir un paro nacional a la CTERA y saludar el desarrollo de la huelga.

El sindicato porteño Ademys, el de docentes universitarios AGD-UBA y las seccionales de los Suteba de La Matanza, Ensenada, Berazategui, Marcos Paz, Escobar, Quilmes, entre otras, realizaron un acto en la sede provincial de la avenida Diagonal Norte donde no escatimaron críticas a la política del FMI, del gobierno nacional y de los gobernadores en general y Urtubey en particular. 

Daniel Rapanelli, secretario general del SUTEBA Ensenada, abrió la lista de oradores señalando que “saludamos el método de la huelga general que está a las antípodas de los paros aislados, pasivos y domingueros a los que nos tiene acostumbrados la burocracia sindical. Reivindicamos esta lucha por ese método y por su programa de defensa del salario y la educación que, además, golpea en el corazón del ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores porque exige la indexación del salario y un suplemento por transporte que cuestiona los tarifazos reclamados por el FMI para pagar la deuda”. El dirigente destacó que “este pacto con el FMI tiene el apoyo político de todos los gobernadores y de Mauricio Macri. Apoyamos esta lucha porque tiene un alcance nacional. Se ve en Chubut con la lucha de estatales contra el gobierno de Arcioni que, dicho sea de paso, cuenta con la bendición de los Fernández y, antes, en el congelamiento de salarios en Santa Cruz”.

Otro de los oradores, Fernando Medina, dirigente del SUTEBA Macos Paz expresó su simpatía con la huelga parafraseando el eslogan turístico de la provincia: “La docencia salteña que lucha es tan linda, que enamora”.

Por su parte, Santiago Gándara dirigente de la Asociación Gremial Docente de la UBA destacó que “los docentes de Salta dan en el núcleo del ajuste y del intento de la burguesía para reorganizar el país según el dictamen del FMI, de Macri y de los gobernadores y ponen en escena un camino para las luchas por venir, el de la organización de los trabajadores de manera independiente, de la asamblea y la huelga general”.

Una de las docentes auto convocadas de Salta, Silvia Di Piazza, se hizo presente para “agradecer el apoyo a esta lucha tan intensa que comenzó en marzo y volvió ahora”. La dirigente, además, denunció censuras a la prensa: “los periodistas que nos apoyaron ahora están siendo censurados”. La dirigente graficó el trato que reciben: “Nos hicieron tomar agua del baño a diferencia de las conducciones sindicales que siempre son tan bien tratadas porque les firman los acuerdos como se los traen. Nos metieron causas por privación ilegítima de la libertad. Dicen que Salta está quebrada pero sin embargo tienen plata de sobra para la campaña política de Urtubey”.

Para Jorde Adaro, secretario general de Ademys, la huelga “también es un repudio a los sindicatos que han ido siempre por detrás”