Como un acordeón, así funciona la lógica de la evolución de los precios mayoristas con relación a los minoristas. Primero suben unos y luego, con algunos meses de rezago, lo hacen los otros. Por eso no siempre su evolución coincide mes a mes aunque es de esperar que tiendan a confluir en el mediano y largo plazo. 

En diciembre los mayoristas lo hicieron cuatro décimas por encima del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que, según había informado el INDEC subieron 4% mientras los mayoristas escalaron un 4,4%. Sin embargo, en el balance anual, los grandes proveedores acumularon una suba del 35,4% cuando, el IPC lo hizo en un 36,1%.

Esos valores resultan cuando menos curiosos en la medida en que, en general, el traspaso del precio del mercado mayorista al minorista se ve atenuado en épocas de recesión económica y caída del consumo como lo ocurrido durante 2020. Si bien el precio minorista no se explica apenas por el valor de los bienes en el mercado mayorista ya que los comercios deben afrontar otros costos como los alquileres, los salarios y los servicios que no necesariamente acompañan el nivel general de precios, en esos escenarios de retracción, las góndolas tienden a adaptarse a la capacidad de consumo de la población resignando algún margen de ganancia que, luego, esperan ir recuperando.

Sin embargo ese fenómeno ya se había producido durante 2019 cuando los precios mayoristas, acicateados por la depreciación del tipo de cambio, habían escalado un 58,5% mientras que los minoristas, contenidos por la recesión, habían quedado unos seis puntos por detrás (52,9%).

Más acentuado aún fue el defasaje registrado en 2018 cuando los grandes proveedores remarcaron los precios en un promedio del 73,5% mientras que la inflación minorista acumuló subas del 47,1%. Así las cosas, desde diciembre de 2017 los precios mayoristas, muy sensibles al tipo de cambio, acumulan subas de un 272% mientras que los minoristas escalaron “apenas” un 201%. Una verdadera bomba de tiempo.

Por eso, y a pesar de la recesión y la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores asalariados y la población en general, en 2020 los minoristas superaron el nivel de precios mayoristas aunque sin recuperar los niveles de algunos años atrás que, es de esperar, pugnarán por trasladar en los próximos meses en forma paulatina.

De hecho, a la hora de analizar la evolución mensual del fenómeno, surge que la aceleración del segmento mayorista es marcadamente más pronunciada a partir de junio de este año cuando se ubicó en 3,66% y mantuvo un raid alcista que siempre lo ubicó por encima del 3,5%.

Con todo, del análisis del mes de diciembre surge que son los precios de las materias primas los que mostraron un mayor incremento alcanzando un 7,2% al ritmos de la escalada en el precio de la soja y otras commodities como el petróleo que subió un 8,6% en apenas un mes. Otras subas sensibles se verificaron en productos del tabaco (6,2%), impresiones (7%), productos refinados del petróleo (5%) y materiales de cuero (4,9%).

A nivel anual se destacan las subas de los productos agropecuarios (54,4%), maderas (75,9%), papel (61,5%), textiles (50,4%), metales (51,1%) y maquinarias y equipos (51,6%).

Los costos de la construcción, por su parte y según informó el INDEC, aumentaron un 3,2% en diciembre aunque acumularon subas del 42,3% en todo 2020.