En medio de la tormenta del dólar y de la polémica por el acuerdo con el FMI, el presidente Mauricio Macri logró una foto con varios pesos pesados del Círculo Rojo.

Pero la imagen, en la que el mandatario se muestra al frente de una mesa de trabajo con dirigentes importantes, no alcanzó para revertir el humor de las industrias ni el de las economías regionales, ni tampoco el de las pequeñas y medianas empresas de todo el país.

Después de la reunión que se realizó el viernes pasado en la quinta de Olivos, el ministro de Producción, Francisco Cabrera, aseguró que los empresarios respaldaron a Macri en el marco de una reunión «muy positiva» en la que supuestamente no se habló ni de la devaluación del peso ni de la formación de precios.

En acorde, un puñado de dirigentes encuadrados fundamentalmente en la Asociación Empresaria Argentina (AEA), comunicó elogios al rumbo del modelo económico, entre ellos Eduardo Eurnekian, en representación de la Cámara de Comercio (CAC).  

Pero otros asistentes dejaron la residencia presidencial sin emitir opinión. Entre los presentes estuvieron además Miguel Campos, titular de AEA; Amancio Oneto, presidente de Molinos Río de la Plata; Miguel Acevedo, dirigente aceitero y presidente de la Unión Industrial (UIA); Luis Betnaza, en representación de Techint; Enrique Cristofani, por el Banco Santander Río; el supermercadista Alfredo Coto; Eduardo Elzstain, titular de IRSA; Cristiano Rattazzi, en nombre de Fiat; Gerardo Díaz Beltrán, de CAME; y el «unicornio» Martín Migoya, fundador de Globant.

Ayer, Díaz Beltrán confirmó que, efectivamente, el presidente Macri sí pidió a los empresarios más fuertes que no pasen a precios la devaluación. «El presidente pidió colaboración, que los precios no aumenten tanto como subió el dólar para que realmente este tipo de cambio que se está imponiendo nos dé mayor competitividad, lo que también beneficia a los formadores de precios», dijo el titular de CAME al programa El Lobby, emitido por Radio Con Vos.

En el mismo sentido se expresó Campos de AEA. En diálogo con Radio Mitre dijo ayer que «el presidente nos pidió responsabilidad» respecto de los precios. Campos matizó: «A nadie le conviene subir los precios porque no va a tener consumidores».

«El gobierno está buscando un culpable y nadie quiere asomar la cabeza. Están todos muy serenos, incluso se suspendieron actos que estaban en carpeta para el fin de semana», contó a este medio otro hombre cercano a las industrias más afectadas por las importaciones y por la suba de la tasa de interés. «La preocupación de ellos pasa por la gobernabilidad, pero la tienen muy difícil porque los únicos dólares que ingresan al país son de la deuda mientras que los que podrían generar dólares están cada día peor», sumó. 

Los industriales consultados por Tiempo mascullaron cuando se los consultó sobre el llamado de Macri. «Él se cree que nosotros le tenemos que hacer una marcha en Plaza de Mayo como las que hacen las Madres los jueves», ironizó un dirigente que agregó: «Piensa de verdad que está haciendo un gran sacrificio y le da bronca que no lo aplaudan. Pero el Círculo Rojo es así: del pico para afuera bien, pero a la hora de poner la guita es otra cosa».

En sintonía, un experto en comercio exterior cuestionó el apoyo de Eurnekian: «Al Círculo Rojo no le queda otra que bancar porque la situación es muy grave de cara al vencimiento de las Lebac (el próximo martes 15). En la reunión pidieron el dólar a 26 pesos (en orden con una demanda de Rattazzi, de Fiat) y lo más probable es que el lunes lo tengan», aventuró.

Los testimonios grafican la disconformidad que manifiesta una parte del sector privado y que cada día suma nuevas manifestaciones. El jueves, antes de que el presidente llamara a la reunión en Olivos, se difundió un comunicado del Grupo de los Seis (G6), que era uno de los armados de lobby más influyentes hasta que asumió Macri, que prefirió relacionarse con AEA, una asociación conformada por dueños de grandes empresas.

En el G6 militan la UIA, la CAC y la Camarco, además de la Asociación de Bancos (ADEBA), la Sociedad Rural (SRA) y la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA). El comunicado que se difundió el jueves (el primero desde que gobierna Cambiemos) consistió en un tibio apoyo al oficialismo y en una manifestación ambigua sobre el acuerdo con el FMI. Tiempo quiso indagar los detalles de esa reunión pero las fuentes prefirieron el recato. En la Bolsa de Comercio directamente alegaron que hay una orden de no hablar sobre el tema con la prensa. «

El antecedente del precio de los combustibles

La reunión del presidente Mauricio Macri con el Círculo Rojo el último viernes el Olivos tuvo un antecedente el  lunes 7, cuando el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, se reunió con sus expares de las petroleras que operan en la plaza local y forman los precios de los combustibles.

Las firmas venían de calcular el impacto del aumento del dólar y el del valor internacional del barril del petróleo y habían avisado que elevarían los precios de las naftas y el gasoil entre un 7 y 15 por ciento.

Tanto los precios del petróleo como los de sus derivados se encuentran liberados desde octubre de 2017.

El gobierno nacional evaluó que una suba en los precios de los combustibles podía derivar en un alza importante en los índices de precios tanto de mayo como de junio, por el peso que tienen las naftas en el conjunto de la economía.

Así las cosas, Aranguren reunió a sus expares en Energía y logró acordar con ellos una tregua de precios de dos meses y por la cual las firmas petroleras recibirán una «compensación», en palabras de Energía, que será pagada entre julio y diciembre próximos.

No queda claro cuál será la magnitud de la compensación apagar en seis meses por haber aguantado los precios dos meses, pero el modelo fue del agrado de los empresarios, los que lo pusieron como ejemplo a seguir ante los funcionarios nacionales el viernes pasado.