La línea que inició el gobierno nacional con el pago a los fondos buitres y que tuvo un importante  capítulo la semana pasada con la realización del Mini Davos en el Centro Cultural Kirchner, sumó en las últimas horas el arribo al país de una nueva misión del Fondo Monetario Internacional (FMI), tras diez años sin relaciones con las autoridades argentinas. Frente a las numerosas críticas que recibió la noticia, el gobierno salió a dar un respaldo contundente a la iniciativa por medio del jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien defendió la decisión oficial y aseguró que el organismo mundial no va a tener injerencia en las decisiones de política económica del gobierno nacional.

Peña reincidió en la estrategia de antagonizar con las administraciones previas y atacó de lleno la política que tuvieron los gobiernos kirchneristas en materia de endeudamiento. El funcionario consideró que “el aislacionismo bobo, de encerrarnos y usar esto como una retórica, no nos ha servido”.

La intervención del FMI en la economía autóctona “no va a pasar como pasó en otros momentos”, profetizó el referente del macrismo, quien resaltó que la Argentina era uno de los tres países del mundo que no estaba cumpliendo con la revisión de las estadísticas por parte del organismo  multilateral. En cambio, destacó que en la actualidad el país “está abierto a ello y eso al final del día redunda en que haya créditos más baratos, que las empresas, el país y los hogares puedan tomar” esos préstamos.

Ayer lunes, los enviados del ente crediticio se reunieron con integrantes de la mesa chica de la Unión Industrial Argentina (UIA) en la sede que esa entidad tiene en la porteña Avenida de Mayo. En representación de los anfitriones asistieron el referente de la industria alimenticia, Daniel Funes de Rioja; el director Ejecutivo, Diego Coatz; y Alfredo Chiaradía, director de Comercio Exterior de la entidad.

El encuentro con los industriales se extendió casi por una hora y suscitó comentarios positivos desde los dos lados de la mesa. Por caso, el jefe de la misión, Roberto Cardarelli, destacó el cónclave como un símbolo de que se está “reconstruyendo la relación con la Argentina”.

En los próximos diez días está previsto que los enviados se reúnan con Marcos Peña, con el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, y con el titular del Banco Central, Federico Sturzenegger.

Con la mira centrada en sus expectativas para la recuperación de la economía, el gobierno nacional y su gabinete económico tienen todas las fichas puestas en la llegada de capitales del exterior del país. En ese contexto auspiciaron la convocatoria de unos dos mil hombres de negocios la semana pasada y le reabrieron las puertas al polémico organismo internacional de crédito.