La inflación de marzo marcó el número más alto desde que Alberto Fernández asumió la presidencia: 4,8%. Con esta suba, la inflación minorista del primer trimestre ascendió al 13% y en los últimos doce meses, al 42,6 por ciento.

La cifra estuvo, además, por encima de la mayor parte de las estimaciones privadas, incluso de las que marca el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), cuya encuesta entre los especialistas locales había vaticinado un 3,9%. Para los próximos tres meses, el REM espera variaciones del 3,4%, 3% y 2,9%, respectivamente.

Marzo suele ser un mes con precios calientes. Este año no fue distinto: el rubro educación marcó un alza del 28,5% y prendas de vestir y calzado, del 10,8%. Sin embargo, los alimentos (4,6%) volvieron a ser un motor insoslayable. Entre estos últimos, volvió a destacar la fuerte suba en carnes, a la cual se le sumaron los lácteos.

Futuro incierto

Una de las pocas estimaciones que estuvieron en línea con los números medidos por el Indec fue la del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI), que mide precios de alimentos en la provincia de Buenos Aires. Su director, Isaac Rudnik, le dijo a Tiempo que «es probable que en abril tengamos un porcentaje menor al de marzo, que es un mes que siempre es alto por razones estacionales. Pero aun así, tampoco está claro que abril sea el inicio de una tendencia general a la baja como anuncia el gobierno».

Hernán Letcher, titular del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), vaticinó: «El problema de abril es que tiene incrementos de precios regulados que van a tener algún impacto, aunque en principio no tendrías el aumento estacional de Educación y el de textiles, que causó estragos. Se supone que Alimentos debería venir más moderado».

«Como contrapartida, vas a tener aumento en naftas del 5%; en subtes y taxis, en el orden del 20%; peajes, del 25%; tarifas, 7%; prepagas, 4,5%; medicamentos, alrededor del 3%. Además, estará el descongelamiento de los alquileres y otras cosas que no impactan tanto como el sueldo de los trabajadores de casas particulares y el de Suterh, que se verá reflejado en expensas. Con todo, será una inflación que estará por encima del 3%, seguramente», detalló Letcher.

Carnes y lácteos

En el caso de las carnes, el asado subió un 5,5%; la picada común, un 8,5%; la paleta, 8,5%; el cuadril, 6,9%; la nalga, 8,9%; la hamburguesa congelada, 8,5%; el pollo entero, 3,9%; el filet de merluza, 6%; la salchicha tipo viena, 5,1%; el jamón cocido, 3,5%; el salchichón, 4,2%, y el salame, 7%.

Por el lado de los lácteos, la leche entera pegó un salto del 12%; la leche en polvo, 8%; el queso cremoso, 15,8%; el queso pategrás, 8,6%; el queso sardo, 13,9%; la manteca, 7%; el yogur firme, 10,8%, y el dulce de leche, apenas un 1,2%.

Respecto de las carnes, Rudnik opinó que «sigue siendo el rubro que mantiene un aumento sostenido desde hace varios meses. Lo más significativo es que el gobierno puso la lupa a los precios de la carne a principios de año. Obviamente, ese acuerdo tiene un alcance muy limitado».

Para el titular del ISEPCI, «sigue habiendo una dificultad muy importante para contener el aumento de los precios y el gobierno no encuentra la manera de desacoplar el precio internacional del interno».

Letcher coincidió con el diagnóstico de Rudnik sobre la suba en carnes y detalló: «El acuerdo solo tuvo impacto en febrero, pero las causales del incremento de precios siguen siendo tres: el crecimiento de la exportación a China, el aumento de precios de las commoditties como el maíz -que aunque representa 10% del costo, evidentemente funciona como referencia para el precio- y la inversión en terneros como mecanismo de dolarización de excedentes».

Letcher focalizó el análisis en el valor del dólar y su impacto en precios. «La dinámica de precios está disociada del tipo de cambio, por lo cual hay un comportamiento de los precios más relacionado con decisiones de los sectores oligopólicos que de la variación de los costos».

El economista indicó que «desde noviembre al presente, el promedio del aumento de carnes fue del 50%. Esto no se explica por el incremento de costos. Yo creo que es lisa y llanamente especulación». «