Si la búsqueda de dólares era el objetivo central del viaje de Sergio Massa a Estados Unidos, en el equipo económico creen que la larga gira ya está dando resultados positivos. Los anuncios de desembolsos de créditos por parte del BID y del Banco Mundial (U$S 3000 millones y U$S 900 millones, respectivamente), sumados a las inversiones prometidas por empresas petroleras, ya se anotan en la columna del haber.

Para conseguirlos, Massa apeló a todos sus contactos con hombres claves de la política del país del Norte. Pero, también, a todo su pragmatismo para seducir a los directivos de las grandes empresas del sector de hidrocarburos. A ellos los fue a visitar a Houston, ciudad petrolera por excelencia, y los invitó a participar en proyectos vinculados a la explotación, la extensión de la red de gasoductos y la construcción de plantas de licuefacción para poder exportar gas. Y les ofreció una buena zanahoria: un decreto para que las empresas puedan sacar dividendos del país con mayor facilidad. «Vaca Muerta puede duplicar el PBI argentino en siete años», los tentó. La promesa dio resultado: a la salida del encuentro, Total anunció inversiones por U$S 700 millones en la cuenca Austral y Chevron comprometió otros U$S 330 millones para explorar nuevas zonas dentro de Vaca Muerta.

Ahora, el FMI

Con esos números debajo del brazo, Massa encarará mañana el cierre de su gira con una visita a la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. La expectativa es salir de esa entrevista con el anuncio de que la entidad aprobó las cuentas del segundo trimestre y gatillará U$S 4100 millones, vitales para repagar las deudas ya contraídas con el organismo. Como señal política, Massa hizo viajar para esa reunión a Silvina Batakis, la última ministra de Economía que se reunió con Georgieva: quiere que esté allí como señal de continuidad de la gestión.

El trabajo grueso con el Fondo ya lo hizo el resto del equipo económico, con el viceministro Gabriel Rubinstein a la cabeza, quien durante la última semana se entrevistó con el staff técnico del FMI. Entre otras cosas, mostraron el recorte presupuestario a las partidas subejecutadas ($ 210 mil millones), la puesta en marcha de la segmentación tarifaria y la cancelación de adelantos del Banco Central, al que se resolvió no pedir más ayuda. Todo eso mostraría la voluntad de cumplir a rajatabla el acuerdo firmado en marzo.

Claro que en Washington hay resquemores por los problemas del Banco Central para acumular reservas. La disponibilidad neta de dólares (dato que por razones obvias la entidad no revela) es motivo de discusión entre las consultoras y centros de investigación. Mientras PxQ la ubica en unos U$S 2600 millones (el equivalente a diez días de importaciones), Idesa la calcula en unos U$S 1100 millones y otras como EcoGo la sitúa directamente en valores negativos.

Para fortalecer su posición, la delegación argentina mostrará los desembolsos de libre disponibilidad prometidos por el BID (U$S 700 millones este mes y otros U$S 500 millones en diciembre), más los U$S 1025 millones netos que compró el BCRA esta semana, empujado por la concesión a los productores de soja (otra muestra de pragmatismo puro) para liquidar sus divisas a un valor 40% más alto que el oficial. Con eso, más la reducción en las importaciones de energía, que según estimaciones preliminares habrían bajado de U$S 2200 millones en julio a poco más de la mitad en agosto, espera poder cumplir las metas de acumulación de reservas para 2022.

Impuestos

El último tema por cerrar es un convenio para que Estados Unidos apruebe compartir información sobre los fondos que contribuyentes argentinos tienen depositados allí. Sería en reciprocidad con la llamada Ley Fatca (por sus siglas en inglés), por la cual el gobierno de ese país solicita reportes sobre ciertas cuentas que ciudadanos estadounidenses mantienen en el extranjero. Si bien la medida ya está vigente, el acuerdo entre la AFIP y la IRS (Internal Revenue Service) le daría mayor fluidez a la información, que hasta ahora debe pedirse expresamente para cada paso puntual.

Eso permitiría al gobierno gravar los fondos que los argentinos mantienen en bancos estadounidenses: se cree que podrían ser unos U$S 100 mil millones. «Yo creo que este acuerdo puede prosperar porque a Estados Unidos no le interesa ser el refugio de evasores fiscales de otros países», declaró el embajador argentino en Washington, Jorge Argüello. La aprobación final correría por cuenta del influyente David Lipton, jefe de asesores de la Secretaría del Tesoro, con quien Massa se verá mañana. «

Fuerte reducción del déficit en el Presupuesto 2023

Mientras el ministro Sergio Massa continúa de gira por Estados Unidos, en el Palacio de Hacienda se ultiman los detalles del Presupuesto 2023, cuya fecha límite de presentación en la Cámara de Diputados es este jueves.

El cálculo de gastos y recursos contemplaría la reducción del déficit fiscal, que bajaría del 2,5% del PBI estimado para este año a 1,9%, tal cual había sido prometido al Fondo Monetario Internacional. El recorte pasaría por los menores subsidios en materia de energía, tras la puesta en marcha de la segmentación tarifaria, que rondaría el 0,5% del PBI.

También trascendió que los proyectos de infraestructura tendrían una reducción, aunque la suma destinada a inversión pública podría aumentar gracias a los créditos internacionales anunciados en los últimos días, muchos de los cuales tienen asignación específica.

En junio, Economía había presentado en el Congreso una «hoja de ruta» informando sobre los principales ejes bajo los cuales se elaboraría el proyecto. Allí se consignaba una suba del PBI de 3% para el año 2023. En materia de inflación, se cree que la pauta incluida rondará el 60%, bastante por debajo de mayoría de las estimaciones hechas por el sector privado.