La próxima contienda electoral de medio término constituye un evento de suma importancia, donde la ciudadanía en su conjunto expresará su voluntad. Encarar el futuro inmediato y fortalecer las políticas actuales requiere contar con las mayorías necesarias en el Congreso para reconstruir el país, afectado por “las dos pandemias”.

Ante la influencia que desde ciertos sectores se trata de ejercer para distorsionar la realidad, resulta vital seguir comunicándole a la ciudadanía nuestras visiones, lo que se está haciendo y lo que queda por delante.

La AFIP dio a conocer que determinó la caducidad del beneficio del Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) para unos 2000 empleadores, que deberán reintegrar los recursos por no haber respetado los criterios exigidos por el Estado. Entre ellos, la prohibición por un tiempo de distribuir dividendos, de recomprar acciones, o de adquirir dólares por operaciones con títulos en la bolsa. Estas firmas decidieron incumplir las normas y ahora la AFIP les está exigiendo la devolución de los importes. Conductas que no sólo son ilícitas, sino también que contrarían el sentido solidario.

En materia legislativa, es muy alto el número de leyes que se han aprobado. Una noticia que quiero destacar es la cantidad de obras que se están llevando a cabo con los recursos que generó el Aporte Solidario y Extraordinario para ayudar a Morigerar los efectos de la Pandemia. Uno de los destinos fijados por ley es contribuir a financiar la mejora de las condiciones de hábitat y de vida de los habitantes de barrios populares, algo en lo que se va avanzando. Ya hay aprobados 214 proyectos de integración en 20 provincias, de los cuales 121 se encuentran en marcha y 93 se ejecutarán antes de fin de año.

En la semana se conoció un informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), donde se muestra la importancia del Programa Alimentar (incluye Tarjeta Alimentar y AUH). Por caso, la indigencia, que alcanza al 9,2% de los hogares, estaría en el 27,5% de no existir el beneficio, mientras que para el mismo indicador para los niños, niñas y adolescentes, los valores actuales del 10,6%, crecerían al 33,3%.

En la semana también se conoció un informe del FMI acerca de la situación global, y una de las cuestiones que de allí surge es que en 2022 los precios de las materias primas continuarán en niveles altos. Se trata de una buena noticia para el país, porque indica que los ingresos por exportación y el fortalecimiento de la posición externa continuarán. Pero también muestra que el Estado deberá seguir profundizando las acciones para garantizar que los argentinos y las argentinas no paguen los alimentos a precio internacional.

El FMI, a su vez, incrementó la proyección de crecimiento de 2021 para nuestro país al 6,4%, respecto del cálculo de abril (5,8%). Entre los motivos aparecen el aumento de los precios de las materias primas que nuestro país exporta, el mayor intercambio comercial y una vacunación “más rápida de lo que habíamos previsto previamente”. Si bien los dos primeros factores exceden a las políticas públicas, el tercero es una muestra clara de que los notables esfuerzos que se han hecho en materia sanitaria están rindiendo sus frutos. Y no hay que dejar de mencionar que las perspectivas serían muy diferentes de no existir una postura activa que, por medio de todo un conjunto de políticas y regulaciones coherentes, apunta a tranquilizar la economía y a sentar las bases para la recuperación.

El plan del gobierno es lo que hay que seguir consolidando, de allí que es importante dotar al Poder Ejecutivo de las herramientas para gestionar, y para ello hay que contar con mayor representación en el Congreso.

El espacio del que formo parte es una coalición integrada por un conjunto de fuerzas que tiene que estar continuamente sorteando palos en la rueda, puestos por la oposición para intentar frenar todos aquellos proyectos que apuntan a promocionar una mayor distribución del ingreso a través de una activa participación del Estado. Esta situación tiene que ver con una distribución de bancas que se heredó, y que no se corresponde con los tiempos que corren.

El Frente de Todos ha gobernado hasta aquí sin contar con mayoría propia en la Cámara de Diputados. La aspiración es que el espacio pueda acrecentar su representación parlamentaria, dado que no alcanza con que los proyectos de leyes sean buenos: hay que tener mayorías para sancionarlos.

En el otro extremo está el caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde se eligen legisladores y legisladoras porteñas. En ese distrito Juntos por el Cambio tiene una mayoría amplia que le asegura la capacidad de avanzar con proyectos cuyo espíritu no apunta a mejorar las condiciones de vida del conjunto de la ciudadanía porteña. Proyectos que tienen que ver, por ejemplo, con los desarrollos de barrios cerrados para sectores de altísimos ingresos.

Algo que no se menciona es la virtualmente nula ayuda que el Gobierno porteño ha dispuesto para las MiPyMEs de la Ciudad, que tienen las mismas dificultades que las de todo el país, y que en realidad solo han contado con los apoyos que les ha brindado el Gobierno nacional. Salvo por la postergación de algún impuesto por un breve lapso, no se ha hecho ningún esfuerzo presupuestario por parte del distrito más rico de la Argentina, que en su interior exhibe enormes diferencias. Sigue habiendo un alto porcentaje de pobres y un número importante de desempleados, de gente en situación de calle.

Pasaron dos años de las elecciones presidenciales y la principal fuerza de la oposición aspira a recuperar posiciones. Pero no hay que perder de vista que son las mismas personas que gestionaron a la Argentina en los cuatro años anteriores a esta etapa.

Hay que apelar a la memoria, mostrando cuánto daño han hecho. Por ejemplo, recibieron una Argentina desendeudada y con un alto nivel de actividad y la dejaron con una hipoteca financiera descomunal y con tres años (sobre cuatro) de recesión. El país retrocedió en esos años de manera notable. De todo esto hay que discutir. Las MiPyMEs y los sectores de la población más desprotegidos fueron los que padecieron el mayor sufrimiento.

Por eso los candidatos y las candidatas de Juntos por el Cambio, ya sea en la Ciudad, ya sea en la provincia de Buenos Aires, en todos lados, usan el discurso de “no miremos para atrás, miremos para adelante”. Es que si miran para atrás lo que encuentran son todas pésimas noticias, pésimos datos. No resisten el archivo.

Por esa razón también se da esa búsqueda por fuera de la política de gente famosa para ocupar cargos, lo que en definitiva no es más que una trampa que los sectores “antipolítica” tratan de instalar para insistir en sus políticas que van en contra de los intereses de las mayorías.

En la campaña electoral la ciudadanía suele prestar más atención a los sucesos y a las distintas voces que se escuchan. Es una excelente oportunidad para divulgar nuestras ideas, y resaltar los grandes esfuerzos que está haciendo el Gobierno nacional para atender los impactos de “las dos pandemias”, mejorando la distribución del ingreso, lo cual exige ingentes recursos, sin abandonar las políticas de fomento a la producción, con especial foco en las MiPyMEs y las actividades intensivas en ciencia y tecnología. Y también para difundir los importantes logros económicos y sociales que se están obteniendo al aplicar estas políticas.