En San Martín, 74 personas quedaron sin trabajo. El miércoles de la semana pasada la empresa distribuidora de artículos de librería Distripapper bajó sus persianas y no dió ninguna explicación, solo les informó a los empleados que no les enviarían telegramas notificando los despidos.

«El miércoles vinimos a trabajar como todos los días a las 15:30 y nos encontramos con la persiana baja y sin ninguna explicación. Un custodio del lugar nos dijo que la empresa cerró y que no había laburo para nadie. Estamos haciendo una guardia permanente en la puerta es, esperamos al menos una respuesta, pero todavía nadie apareció. Nos llegó al oído que van a presentar quiebra y que no nos van a mandar telegramas, dicen que es mucho gasto para la empresa en este momento», cuenta a Tiempo Mario, quien trabajó 18 años en Distripapper.

La patronal argumentó que gastarían unos 20 mil pesos en trámites. Sin embargo los trabajadores si les enviaron telegrama porque se consideran despedidos. Los trabajadores recibieron el apoyo del diputado nacional Leonardo Grosso y del Movimiento Evita, quienes se comprometieron en acompañarlos en sus reclamos.

«Nos dijeron que con suerte podemos llegar a cobrar el último mes trabajado y el aguinaldo que todavía no lo recibimos, pero no indemnización. Acá se hacía la distribución de artículos de librería a grandes empresas. Los pedidos se venían dando en forma normal, como así también llegaban los proveedores, esto cambió de la noche a la mañana. El lunes vino un camión repleto de resmas de hojas y habían comprado seis cargas más de la misma magnitud», explicó minuciosamente Mario.

«Los que trabajaban en las oficinas de la empresa en Capital nos habían advertido que algo así tramaba la patronal. Ellos fueron los primeros afectados. Ahora estamos la mitad acá y la otra reclamando en el centro porteño. Pero lo real es que todos quedamos en la calle», se lamentó Mario, quien agregó: «Queremos seguir trabajando, todos tenemos familia y muchas obligaciones, esta situación es muy angustiante. Entre las familias tenemos chicos discapacitados, mujeres embarazadas, ancianos y muchas cosas que pagar. No sabemos qué hacer, porque no hay trabajo en ningún lado, pero algo tenemos que hacer. Lo único que queremos es mantener la fuente de trabajo que es lo más importante.»

Y finaliza. «Me siento muy mal porque ahora no sé como sostener a mi familia. Estamos haciendo permanencia en el lugar y nos amenazan con mandar a la policía para que nos reprima. Hoy me desperté a las seis de la mañana y me senté en la cama y lo único que hice fue llorar. Pero sé que tengo que juntar fuerzas para seguir adelante.»

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