Las negociaciones por la reestructuración de la deuda pública entraron a su fase concreta y mostraron las dificultades que enfrentarán tanto el gobierno nacional como el provincial ante acreedores que buscarán sacar la máxima tajada de las necesidades públicas. El ministro de Hacienda y Finanzas de Buenos Aires, Pablo López, explica en detalle cómo será este proceso. “Queremos evitar el default”, asegura.


-En las últimas dos semanas, tanto el gobierno nacional como el provincial se han encontrado con respuestas de los acreedores diferentes a los planes que trazaron. ¿Hay una situación de debilidad en la posición de Nación y Provincia para negociar la deuda?

-Está claro que tanto Nación como Provincia tienen un problema de sustentabilidad de la deuda pública. Eso es la causa de cuatro años de políticas dirigidas a aumentar la deuda y modificar su composición. En la actualidad, el 84 por ciento de la deuda de la provincia de Buenos Aires está nominada en moneda extranjera y el 70 por ciento está en manos de bonistas del exterior. Es un escenario complejo de administrar y pone de relieve una clara insostenibilidad. El perfil de vencimientos la hace insostenible.

En ese sentido, tanto el gobierno nacional como el de la provincia han seguido la misma estrategia, que se sostiene en iniciar un proceso de discusión del endeudamiento ya que se trata de un problema estructural. Queremos restaurar la sustentabilidad de la deuda. La economía tiene que crecer para poder pagar, pero para ello el pago de la deuda no debe ahogar a la economía, para lo cual hay que negociar y lograr una reestructuración en los pagos.

En el camino administramos los vencimientos. El problema está planteado en la deuda en moneda extranjera. Hubo un vencimiento, el del bono BP21; el calendario no lo definimos nosotros, nos manejamos dentro del marco contractual establecido para la deuda. Buscamos el consenso con los bonistas para postergar el pago del capital, pero en nuestra gestión logramos una cantidad de fondos que nos permitieron pagar ese vencimiento. Nuestra idea es hacer un proceso ordenado y ello implica hablar con los bonistas. Muchos de ellos adhirieron a la propuesta de postergar el pago de ese vencimiento. Hubo entendimiento y un proceso de diálogo. Los bonistas destacaron la buena fe de la provincia.

En este camino entendemos que es la Nación la que debe dar los primeros pasos. En definitiva, no vemos que haya cambios sustanciales en las situaciones que se han venido dando. En realidad, el proceso fundamental es el que empieza ahora.

-¿Cómo prevé que coordinarán la Nación y la provincia sus negociaciones de deuda?

-Se trata de negociaciones formalmente independientes. Pero hay una estrategia y una coordinación compartidas. Nosotros trabajamos en un cronograma nuestro, pero claramente el cronograma nacional funciona como un indicativo aunque va a haber un desfasaje entre las fechas de una y otra negociación.

-¿Cuáles son los próximos pasos que dará la gobernación para renegociar la deuda en moneda extranjera?

-Estamos trabajando en procesos y procedimientos vinculados con la deuda. Hemos tomado contacto con bancos y agentes financieros; también con agentes de información. Son todas piezas clave de una negociación. Además, estamos en un proceso interno de análisis fiscal y de información sobre los acreedores.

-¿Ya hay fecha para el inicio de las negociaciones?

-En realidad, diálogo hay desde que se votó en diciembre pasado la Ley de Emergencia provincial, que indicaba que la provincia debía invitar al diálogo a los acreedores.

-Usted participó en forma personal de las negociaciones. ¿Qué imagen construyó de los bonistas?

-Veo que en muchos de ellos hay un entendimiento de la situación compleja por la que atraviesa la provincia. El de los bonistas no es un mundo homogéneo; cada fondo tiene su forma de hacer las cosas. No hay monolitismo. Es decir, muchos de los fondos escucharon nuestras propuestas y negociaron de buena fe. También es cierto que hay otro tipo de fondos, que manifiestan otro tipo de posiciones, buscan sostener una posición privilegiada para ellos mismos.

-Con todo, los bonistas salieron a respaldar públicamente la posición de la provincia luego que ésta ofreciera pagar el 30 por ciento del capital. ¿Ese fue un planteo que llevaron los bonistas?

-Nosotros escuchamos las posiciones, cuando las inquietudes fueron razonables las escuchamos y vimos cómo se podía avanzar. En ese sentido, cada bonista con el que hablamos fue manifestando su posición y sus preocupaciones.

-¿El default es una opción?

-Nosotros decimos que la situación de la deuda es insostenible en las actuales condiciones de mercado. El default queremos evitarlo. Buscamos avanzar en nuevas condiciones para llegar a buen puerto, porque si no se recupera la economía, vamos hacia una situación de ahogo.