La inflación que mide el Congreso marcó un 2.1 por ciento en abril, con respecto a marzo, y acumula un 8.3% en el primer cuatrimestre del año. El informe, conformado por los bloques de la oposición, destaca que la inflación acumulada a partir del mismo mes del año pasado es del 27.3%. Con estos números, la inflación de 2017 rondaría el 26%, casi diez puntos por encima del techo impuesto por el Banco Central, del 17%.

Los diputados de UNA (Coalición Massa-De la Sota), GEN (Stolbizer), Libres del Sur y Partido Socialista aseguraron que «por tercer mes consecutivo» la inflación fue superior al 2%, lo cual complica aún más la meta del Banco Central del 17% como techo inflacionario para 2017. El número coincide con las previsiones de otras mediciones no oficiales, que colocan al crecimiento del IPC de abril entre el 2 y el 2.5%.

El lunes, la inflación que mide la CGT arrojó una suba del 2.4 por ciento para abril y un acumulado anual de 27.1%. En los primeros cuatro meses de 2017, para la CGT, el IPC suma un 9.1%.

El equipo del economista del Frente Renovador Marco Lavagna detalló que «las principales alzas del mes estuvieron explicadas por Vivienda y Servicios Básicos (tarifas), Indumentaria y Educación». Además, la suba del 2% en Alimentos y Bebidas «no augura buenas noticias en cuanto a la Canasta Básica Alimentaria».

El BCRA colocó a la inflación anual de 2017 entre el 12 y el 17%, lo cual fue aprobado en el presupuesto 2017 por el Congreso. «En los últimos seis meses, la inflación promedio fue de 1,9% mensual, lo que en términos anualizados representa una suba de 26% anual, muy por encima del techo planteado en el régimen de metas de inflación», señaló.

El 17, el número de la mala suerte. «En los últimos 17 meses la inflación alcanzó 57,8% (2,7% promedio mensual), casi 17 puntos por encima de los 17 meses previos (41%)».

«El actual nivel de inflación es preocupante de por sí, pero también preocupa que las presiones sobre la meta inflacionaria lleven a mantener el endurecimiento que observamos en la política monetaria. Una política monetaria restrictiva implica prolongar el actual escenario de tasas altas, lo que perjudica al sector productivo (prolongando la recesión) y favorece a la renta financiera (por los elevados rendimientos medidos en dólares)», analizó el citado equipo.