El mundo está viviendo la peor crisis económica desde 1929 y eso se reflejará en una fuerte caída de la actividad para este año. Así lo diagnosticó el Fondo Monetario Internacional al publicar su Panorama Económico Mundial (WEO, por sus iniciales en inglés). Allí se calcula la actividad económica global caerá un 3% a lo largo de este año como consecuencia del coronavirus y las pérdidas acumuladas en el período 2020-2021 serán de unos nueve billones de dólares.

El informe, difundido en coincidencia con la reunión de primavera que organizan conjuntamente el FMI y el Banco Mundial (y que esta vez se desarrolló sólo por teleconferencia), mezcla el pesimismo con la incertidumbre. No sólo muestra una corrección hacia abajo de seis puntos en la actividad mundial (el anterior Panorama preveía un crecimiento de 3,3% en el PBI global), sino que advierte que el cuadro podría ser diferente si se demora en salir de la pandemia o si se experimenta un rebrote el año que viene.

En particular, en la Argentina, el bajón podría ser peor. El informe supone una caída de la actividad de 5,7% para el año en curso, apenas dos décimas menos que el impacto local por la recesión mundial de 2009. A la falta de certezas generalizada se suma la particular situación local, que incluye una inminente renegociación con los acreedores. Por eso los autores del Panorama dejaron varios casilleros en blanco al hacer sus estimaciones sobre el país: “Las variables fiscales, de deuda externa y de financiamiento están excluidas de la publicación para 2020-21 ya que están en gran medida vinculados a la reestructuración de la deuda en curso”, señalaron.

Así y todo, el desplome será peor en otras regiones. En Europa, por ejemplo, se espera una caída del 7,5% y en Estados Unidos del 5,9%, mientras que en América Latina podría ser de 5,2%. La única zona que terminaría el 2020 con signos positivos es Asia, con un modesto 1% de crecimiento.

El título elegido por los autores del WEO fue “The great lockdown” (El gran cierre), para simbolizar la gravedad del momento. “La pandemia de COVID-19 difiere marcadamente de otros inicios de recesiones. Los contagios reducen la oferta de trabajo. Hay una clausura de facto de buena parte de la economía”, explica el texto.

A tono con el cambio de opinión que está experimentando la mayoría de los organismos internacionales, habitualmente defensores del libre mercado y la apertura comercial, el FMI volvió a avalar la intervención estatal para paliar los efectos de la pandemia. “Debido a que las consecuencias económicas son graves en sectores específicos, los encargados de la formulación de políticas deberán implementar medidas fiscales, monetarias y financieras sustanciales para apoyar a los hogares y las empresas afectadas a nivel nacional. Internacionalmente, una fuerte cooperación multilateral es esencial para superar los efectos de la pandemia, incluso para ayudar a los países con limitaciones”, reclama el informe.