«La inflación es la demostración de tu incapacidad para gobernar»; «Bajar la inflación será la cosa más simple que tenga que hacer, si soy presidente»; «Si la inflación no baja, es culpa mía; no le voy a echar la culpa a otro»; «La inflación se produce por culpa de un gobierno que administra mal». Son algunas de las frases con las cuales el entonces candidato a presidente Mauricio Macri solía describir a la inestabilidad de precios. Luego, el discurso cambió y osciló entre reconocer que subestimaron el problema y culpar a «la pesada herencia».

En tres años y medio de gobierno de Cambiemos, la inflación acumuló un 177,4%, según datos de Indec (para 2016, se toma la inflación medida por CABA, ya que el Indec se encontraba en restructuración). En los primeros dos meses de 2019, la variación fue del 6,8% y en el acumulado de 12 meses llegó al pico del 51,3%, algo que no ocurría desde la hiperinflación de 1991.

Pero además, y según la consultora Focus Market, en menos de dos semanas de marzo hubo productos que subieron hasta un 18%, por la devaluación, lo cual enciende una nueva alerta. Además, los aumentos tarifarios de marzo (electricidad, combustible, celulares y transporte) y la disparada en el precio de los alimentos, dejan picando una suba superior al 3% para marzo, lo cual culminaría un primer trimestre con una inflación por encima del 10 por ciento.

Ante esta situación, el Banco Central (BCRA) anunció medidas extraordinarias que, básicamente, profundizan la política monetaria con el objetivo de sacar pesos de la calle y controlar así al dólar y a la inflación.

Para Hernán Letcher, titular del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), «se pasan de ortodoxos».

«No va a haber recuperación de poder adquisitivo y por tanto se dificulta la promesa de reactivación económica. Las medidas del Central van en el mismo sentido. Se pasan de ortodoxos porque el hecho de sacar la estacionalidad a la emisión monetaria en el mes de junio es como un símbolo no sólo de la mirada ortodoxa, sino de que se pasan. O sea, frente a la incapacidad que tiene esa herramienta para controlar la inflación, la respuesta es profundizar la herramienta», analizó el economista en diálogo con Tiempo.

Estirar la política de «base monetaria cero» hasta fin de año es una de las medidas extraordinarias anunciadas el jueves último por el presidente del Banco Central, Guido Sandleris. Esto se traduce en que, pese a que la inflación actual demanda más billetes en la calle, el Banco Central no aumentará la cantidad que hay en circulación. De hecho, si aumenta, los absorberán vía Leliqs. Al mismo tiempo, mantendrán una tasa de referencia muy alta (se ubica hoy en 63%) para que los ahorristas no se vayan al dólar. «Quieren descomprimir las presiones sobre el dólar –y con ello contener la inflación– por la vía de quitarles plata a los argentinos», resumió Letcher.

Finalmente, proyectó: «Marzo va a venir en sintonía con enero y febrero, lo cual va a dejar al primer trimestre con más del 10% de inflación, lo cual va a contramano no sólo de lo que el gobierno prometió y creía, sino de lo que todo el arco ortodoxo imaginaba».

A inicios de este año, la gran mayoría de las consultoras proyectaban una inflación mucho más baja para los primeros meses del año. En cambio, la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) fue de las pocas previsiones que dieron en el blanco. El rector de la UMET, Nicolás Trotta, dijo a Tiempo: «En enero, proyectamos una inflación del 30,7% para todo el año. La inflación del primer bimestre nos dio igual que al Indec. Marzo va a oscilar entre un 3,5 y un poco más», ya que «siguen los aumentos de transporte, de los servicios públicos domiciliarios y un esquema de profundización de la recesión».

Fortalecer la alianza con el FMI

Al gobierno ya no le quedan muchos sectores amigos en el mundo de la economía. Hasta los industriales parecen haberle soltado la mano. Por eso, se escuda en el Fondo Monetario Internacional (FMI). «El acuerdo del gobierno con el FMI, cuyo desembolso es casi un aporte para la campaña de Cambiemos, es lo único que le garantiza un veranito, si es que logra que el dólar no se le descontrole», analizó Trotta. De esta forma, «el único activo que va a poder mostrar el gobierno este año es que el dólar no se mueva de 40-43 pesos, luego de una violenta devaluación de más del 100 por ciento».

Para Trotta, los anuncios de Sandleris estuvieron en esa sintonía: 2Tienen una mirada dogmática sobre la economía, están convencidos de que este es el camino, para que en algún momento después de una profunda descomposición social y económica, se dé el escenario para una recuperación». Que el gobierno se apoye en el FMI va a implicar también «la pérdida de derechos sociales y laborales, que es por donde ellos ven la posibilidad de una competitividad, en el marco del mundo globalizado».

El FMI «exige profundizar sus políticas y el gobierno no tiene posibilidad de mostrar políticas distintas porque perderían el único aliado que les queda».

Por otro lado, «es un gobierno que tiene una mirada depredadora de la economía». Los tarifazos «han implicado una enorme transferencia de recursos del sector industrial, pyme y de los hogares argentinos a grupos concentrados muy vinculados al presidente, llámese Mindlin, Lewis, Pagano o Caputo. Sus compañías están presentes en los distintos eslabones de la cadena energética: producción, transporte y distribución. Estos grupos, conjuntamente con el sector financiero, son los únicos ganadores de este modelo en estos tres años y medio», sentenció.

A la inflación más grande de los últimos 28 años, se debe sumar «el peor momento de los salarios en los últimos diez años, con una caída del 15,2% desde que asumió Macri, si comparamos un salario de febrero de 2019 con uno de noviembre de 2015», advirtió Trotta.

Finalmente, el abogado refutó la teoría presidencial de la «tormenta externa». «Sudamérica y todos los países del Cono Sur tienen estabilidad económica y están creciendo, a excepción de Venezuela, por supuesto. Países como Chile, Uruguay, Bolivia y Brasil, con sus diferentes realidades políticas y sociales, crecen y tienen inflación controlada, en un dígito», aseguró y concluyó con un dato demoledor: «Con nuestra inflación de los dos primeros meses del año (6,8%), duplicamos la inflación que en promedio van a tener nuestros países vecinos en dos años».

La inflación descontrolada, los salarios a la baja en las paritarias, el aumento de la tasa de desempleo, los tarifazos en los servicios básicos, la recesión y el recrudecimiento de la política monetaria tendrán una víctima segura: el bolsillo de los ciudadanos. «

Alerta por fuertes subas en los costos logísticos

La Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (CEDOL) dio a conocer un informe en el que revela una suba del 1,45% en los costos logísticos durante el mes de febrero. El mismo documento prevé subas del 4,5% para el mes de marzo. Al tratarse de un servicio que atraviesa en forma transversal a todos los sectores de la producción, el indicador resulta un adelanto de lo que podría ocurrir con los precios en el próximo mes si es que el último eslabón de la cadena, los comercios, se muestra incapaz de absorber parte de esos sobre costos.
Por ese motivo las cámaras empresarias camioneras formalizaron en la Secretaría de Trabajo su intención de avanzar en el convenio de los choferes de camión obteniendo como respuesta una negativa rotunda por parte del sindicato liderado por Pablo Moyano. Esa reforma, por lo dicho, es de interés de todas las patronales que buscan reducir los costos logísticos por el lado del componente laboral. Sin embargo, el mismo informe de CEDOL muestra que el incremento interanual del 59% se explica por una suba de combustibles del 65,33% y de la mano de obra del 26,8 por ciento.