Ante la falta de recursos, el gobierno comenzó a usar para el pago de deudas los dólares que el Fondo Monetario Internacional había enviado con el fin de fortalecer el patrimonio del Banco Central. El dato surgió a partir del desglose de reservas que la entidad publica con 72 horas hábiles de retraso. El dinero fue utilizado para atender los vencimientos de Letes, Lecap y Lecer del viernes 27 de septiembre, junto con otras obligaciones menores, por un total estimado de U$S 1.926 millones.

Para ello se recurrió a la partida que el FMI había girado en junio de 2018, como anticipo del acuerdo stand by. En aquella ocasión se había dispuesto que de los U$S 15 mil millones iniciales, la mitad permanecería en el Banco Central para mejorar su balance, seriamente afectado por la avalancha de Lebac que había emitido la entidad y que de a poco fue reemplazando por otro tipo de letras, las Leliq.

El gobierno echó mano a ese recurso con una hábil relectura de la primera revisión de ese acuerdo, celebrada en octubre del año pasado, en la que se amplió el monto del programa y se resolvió que el resto del préstamo ya no tendría carácter precautorio sino que se podría disponer libremente del dinero. “Las autoridades solicitan que la contraparte nacional del acceso entregado en virtud del acuerdo estará disponible como apoyo presupuestario para satisfacer sus necesidades de financiamiento fiscal”, dijo el informe que aprobó el FMI aquella vez. Ahora Hacienda interpretó que esa libre disponibilidad también abarca a las partidas giradas con anterioridad a esa revisión y que podrá usarlas no sólo para pagar deuda, sino para paliar el indomable déficit fiscal.

“Según el balance del BCRA, en la última semana las cuentas de fortalecimiento de reservas cayeron 3.785 millones de dólares. Pasaron de U$S 7.163 millones a U$S 3.379 millones. A su vez, las cuentas operativas del gobierno en el Banco Central subieron a U$S 1.927 millones, de los escasos U$S 67 millones que tenían. El viernes, el Tesoro le vendió el equivalente a unos 2.000 millones de dólares al BCRA y al menos una parte de los pesos obtenidos los mantuvieron en las cuentas operativas del Banco Central. Por eso, pese a haber vendido esa cantidad de divisas al Central y haber pagado deuda, sólo se veía una caída menor en los depósitos del gobierno en el BCRA”, explicó en las redes sociales el analista Germán Muiño, miembro del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

Desde el Palacio de Hacienda dejaron trascender que el nuevo criterio de uso de esas partidas fue anticipado la semana pasada, cuando el ministro Hernán Lacunza viajó a Estados Unidos y se entrevistó con funcionarios del FMI. En los hechos, se trata de una manera de reemplazar los U$S 5.400 millones que el organismo había prometido girar en septiembre y que decidió frenar ante el convulsionado panorama de los últimos 45 días, que hizo volar por los aires las pautas fijadas en el stand by. El último domingo la edición impresa de Tiempo había consignado que los vencimientos de deuda pública en divisas del último trimestre totalizaban unos U$S 6.300 millones. Al día siguiente, ya con la nueva operatoria consumada, el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, anticipó que “hay dólares para llegar al 10 de diciembre”.