Con el escenario todavía caliente después de las protestas de marzo y los comicios legislativos en el horizonte cercano, las empresas empiezan a asumir que los aumentos salariales no van a bajar del 20% anual; como mínimo, tres puntos por encima de la meta del gobierno de la alianza Cambiemos.

El vicepresidente de la Unión Industrial (UIA), Daniel Funes de Rioja, reconoció que el acuerdo del 20% que firmó el sector mercantil a principios de año será una referencia difícil de eludir para las negociaciones que vienen. El referente de la industria alimenticia admitió que «algunos van a cerrar por encima de ese porcentaje» pero aclaró que su voluntad es concluir la negociación en torno a las expectativas del gobierno.

¿Las razones? El empresario, que pica en punta para presidir la entidad fabril con la simpatía del presidente Mauricio Macri, argumentó que las fábricas de alimentos están operando al 60% de sus posibilidades. Además, alertó por la situación de las economías regionales, otra parte importante de un sector fabril complejo y heterogéneo.

Esta paritaria debería renovarse en junio pero ya está en camino, con expectativa empresaria de concluir antes. «Número concreto todavía no tenemos», moderó Funes de Rioja, que está en el centro de la atención y buscará hacer buena letra ante sus pares y el gobierno.

A la par, uno de los hombres que se sienta a la mesa de los seis dirigentes más importantes de la economía local, adelantó que su sector está en la recta final de un acuerdo «en la línea del 20%». En estricta reserva, desde la propia mesa de negociación, señaló que la discusión está en desarrollo porque el sindicato presiona para subir el número uno o dos puntos. El gremio es uno de los más numerosos del país y negocia con ventaja porque se trata de una actividad clave para la edificación de la estrategia electoral del oficialismo.

En la paritaria del sector metalúrgico el conflicto ya está en marcha. El gremio de la UOM reclama una suba del 30% y el sector empresario no reconoce su propuesta puntual pero advierte que la referencia «es el 17%» del gobierno nacional.

El titular de la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria Metalúrgica (Camima), José Luis Ammaturo, no negó la posibilidad de subir la oferta si el conflicto perdura en el tiempo. El dirigente planteó que las pymes tienen «dificultades con el dólar planchado» que afecta la competitividad en relación con la producción extranjera pero, ante el eventual avance de la protesta, señaló que «hay algunos sectores empresarios que podrían acercarse más a lo que pide la UOM».

El empresario deslizó también la chance de que se implemente un pago extra a manera de «paliativo o suma a cuenta», mientras que otro paritario consignó que la preferencia general gira en torno de un acuerdo anual.

Destacó, además, que este año, por impulso del gobierno, «se cambió el modelo de la negociación: antes se negociaba con la base de la inflación pasada y ahora el gobierno sugiere hacerlo de cara a lo que viene. Estamos tratando de ponernos de acuerdo con la inflación futura», concluyó. «