Los créditos UVA son uno de los tantos desmanes que la política de Cambiemos provocó en el bolsillo de la clase trabajadora. Con el sueño de comprar la casa propia y con las promesas oficiales como garantía, miles de trabajadores se embarcaron en un Titanic que se estrelló contra la inflación.

En tres semanas de gobierno, el Frente de Todos impulsó una medida que era requerida por los tomadores de crédito: dejar de indexar el valor de las cuotas por inflación y hacerlo por salario. Al mismo tiempo, la flamante Ley de Emergencia apuntó en el artículo 56 que el Banco Central estará a cargo de evaluar «el desempeño y las consecuencias» de los UVA, así como «sus consecuencias sociales y económicas», con el fin de «mitigar sus efectos negativos».

Ante la consulta de Tiempo, fuentes del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat afirmaron: «Estamos trabajando con el área económica del gobierno para ofrecer una solución a la problemática».

Sobreendeudados

«No somos inconscientes de la realidad del país, pero necesitamos alguna medida urgente que baje el nivel de sobreendeudamiento, al menos por un tiempo. Necesitamos que se congele la cuota, que el capital no se siga indexando, para poder estabilizar un poco la economía del hogar», expresó a Tiempo Paola Gutiérrez, representante de la agrupación Hipotecados UVA, que reúne a miles de deudores de todo el país.

El gobierno de Alberto Fernández apunta a «poner plata en el bolsillo de la gente», lo cual se traduce en parte en crecimiento de los salarios. «Si logran que las paritarias le ganen a la inflación, lo cual estaría bárbaro para todos y para nosotros también porque somos trabajadores, al indexar por salario nos seguiría aumentando la deuda. Por eso, lo rechazamos», razonó Paola.

Luego de la derrota en las PASO, el gobierno de Cambiemos tomó la medida de «congelar» la indexación de las UVA hasta diciembre. En concreto, la cuota siguió subiendo, pero el Estado ponía la diferencia. Federico Wahlberg, economista e integrante de la misma agrupación, apuntó: «En enero, todo ese aumento congelado volverá de golpe. Calculamos entre un 23 y un 25 por ciento de suba. Por eso, la urgencia».

Para Wahlberg, hay dos formas de dimensionar el sobreendeudamiento: la relación cuota-ingreso y el capital adeudado. En la relación cuota-ingreso, «alguien que destinaba el 25% de sus ingresos a la cuota, hoy destina el 40%», indicó. Respecto del capital adeudado, «alguien que sacó hace dos años un crédito de 2 millones, hoy debe $ 4 millones». Al inicio de ese crédito, «la cuota era de $ 15 mil y hoy está en $ 30 mil». En el medio, pagó cuotas por $ 500 mil.

«Lo que pedimos es el congelamiento del capital adeudado, que es lo que dijo Alberto Fernández en campaña, cuando en una entrevista con Matías Lammens comparó nuestro problema con la de los deudores post devaluación de 2002. Ese es nuestro punto de partida», analizó Wahlberg.

Los bancos señalan la baja morosidad de los créditos para defender el esquema: no hay deuda, no hay problema. Al respecto, Wahlberg advirtió: «Por un lado, hay bancos que cobran el préstamo directamente del salario. Por el otro, la gente se endeuda de otra forma: tarjetas de créditos, préstamos, familiares. El sobreendeudamiento es lo que se debe corregir en estos créditos. Los que ya son morosos es porque tienen una situación de gravedad extrema. Entonces, no se puede evaluar el éxito o no de un sistema por esa lógica».

Paola Gutiérrez señaló: «Pedimos un canal de diálogo y ser parte de la negociación del Estado con los bancos. Confiamos en que este gobierno tiene una sensibilidad distinta al anterior, pero nuestra situación es desesperante»

Paola, deudora de un crédito UVA, concluyó: «No somos empresarios que compraron para ganar plata; es nuestra casa. La mayoría somos personas que no entramos en otro tipo de planes; somos empleados estatales, docentes, que tuvimos las paritarias más bajas del país. La inflación nos pasó por encima. Ahora, el índice salarial también nos ganaría». «