Cuando definió establecer un tipo de cambio diferenciado de $200 para la soja, el gobierno pautó como objetivo lograr una liquidación equivalente a los U$S 5 mil millones para septiembre. Sin embargo durante los primeros cinco días hábiles de vigencia de ese beneficio específico emanado del Programa de Incremento Exportador,  se vendieron 4,6 millones de toneladas de soja retenidas equivalentes a poco más de 2,2 mil millones de dólares.

Representantes del sector privado aseguran que la dinámica vendedora se mantendrá durante esta semana y las subsiguientes y que consagrará una liquidación récord en los últimos años para el mes de septiembre que, de sostenerse, podría consagrar una liquidación un 50% superior a la proyectada originalmente.

El resultado puede colaborar con la estabilidad del mercado cambiario y ayudar al Banco Central a acumular reservas para que el gobierno de cumplimiento a una de las metas con el FMI que plantean un objetivo de acumulación para el año de U$S5.800 millones. En la primera semana de vigencia del programa, de hecho, el BCRA incrementó sus tenencias en US$ 1.200 millones.

El pronóstico compartido fue difundido por la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC) y la compañía Syngenta. 

Para el presidente de CIARA-CEC, Gustavo Idígoras, se registrará el «mejor mes de septiembre de los últimos 10 años» en materia de liquidación de divisas. La Bolsa de Comercio de Rosario, por su parte, explicó que “las ventas incluyen a nuevas operaciones, pesificaciones de contratos pre-existentes y fijaciones de contratos anteriores cuya mercadería fue despachada con anterioridad, pero cuyo precio luego se fija al valor del mes en curso”.

Desde CIARA-CEC, mostraron la magnitud del impacto de la medida destacando que a diferencia de los 4,6 millones que se exportaron en apenas una semana, durante todo el mes de agosto los productores habían liquidado 1,8 millones de toneladas. Desde la Aduana de San Lorenzo que incluye el polo agroexportador y explica la mayor parte del complejo exportador de cereales y oleaginosas destacaron que, durante la primera semana, se verificó un incremento en el flujo de camiones del 80% con relación a la última semana del mes de agosto.

Los especialistas destacaron que, en rigor, la medida equivale a la eliminación de las retenciones toda vez que “antes de la medida, el productor recibía $ 50 mil (como promedio por tonelada de soja) y ahora $ 69 mil por lo que, en la práctica, la medida elimina las retenciones al productor».

El programa afecta al sector exportador de la soja y tiene vigencia hasta el 30 de septiembre. Representantes de la Mesa de Enlace ya dejaron entrever su voluntad de lograr una prórroga y extender el alcance de la medida a la comercialización de otros cereales como el trigo y el maíz. De esa forma pretenden consolidar una devaluación en el principal sector exportador local con fuerte impacto en los precios locales. El gobierno, por el momento, desestimó esa posibilidad.

En la misma línea, el director ejecutivo de Syngenta, Antonio Aracre, calificó la decisión adoptada mediante el decreto 576/2022 como «sobradamente positiva». Para el referente empresarial quedó demostrado que «con los incentivos adecuados, se generan los comportamientos adecuados» y, destacó que, de esa manera se «está fortaleciendo las reservas del Banco Central (BCRA)».

El mismo Aracre puntualizó que esta política “permite que el BCRA siga teniendo la operatividad necesaria para afrontar las importaciones para que la industria no se detenga».

Sin embargo, la medida tiene sus claroscuros para el balance del BCRA en la medida en que, en la práctica, se verá obligado a comprar dólares por $200 para luego venderlos a los importadores al valor oficial de poco más de $140. El diferencial sólo podrá cubrirse con emisión que, a su turno, y para evitar presiones inflacionarias y cambiarias la entidad buscará esterilizar mediante la emisión de letras que, para resultar efectivas deberán ofrecer tasas de interés reales positivas superiores al 100% anual profundizando el endeudamiento en pesos que tiene la entidad.

Del otro lado, deberá impactar en una mejora de la recaudación de la AFIP en concepto de retenciones.