Unos 400 trabajadores de la embotelladora Coca Cola en Salta protestan desde el jueves frente a la empresa con demandas salariales, donde en la noche del jueves hubo represión policial contra trabajadores, mientras se iniciaron gestiones entre la CGT salteña y el Gobierno provincial, en medio de rumores de despidos masivos.

«Estamos a la espera. Supuestamente habrá una reunión durante la tarde, pero la empresa no nos brindó ninguna respuesta, solamente nos mandó la policía y nos amenazó con despedirnos”, expresó a Télam el delegado gremial en la compañía, Víctor Sutara.

Por su parte, en un breve encuentro con la prensa salteña, el gobernador Gustavo Sáenz, manifestó que trabaja con varios ministros salteños en el conflicto y detalló: «Estamos intentando hablar con la empresa para que no se produzcan despidos masivos».

Los trabajadores decidieron apostarse frente a la empresa Salta Refrescos (planta de producción y distribución de los productos de Coca Cola), ubicada en la avenida Chile, en la zona sur de la capital salteña en reclamo de aumentos en las horas extra y en términos de productividad.

Por la noche, los manifestantes fueron rodeados por la policía, que intentó dispersarlos y luego reprimió. En ese contexto, hubo tres manifestantes detenidos y tres heridos de bala de goma.

“Nos paralizamos pacíficamente y la respuesta fueron amenazas de despidos y balas de goma”, comentó Sutara, quien destacó la intervención del secretario general de la CGT en Salta, Carlos Rodas, que junto a los letrados del sindicato trabajó para la liberación de los tres detenidos.

Sutara recordó que las negociaciones habían comenzado varias semanas atrás y que se había entregado un petitorio sobre el que «no hubo ningún avance”.

«Teníamos varios puntos de incumplimiento de nuestro convenio colectivo, básicos y elementales, y que la patronal conoce», apuntó y señaló que los dos principales reclamos del sector son “el reconocimiento del 200% en la hora extra -al igual que hacen otras empresas- y la productividad”.

El gremialista explicó que las paritarias del sector se negocian a nivel nacional, a través de la Federación Argentina de Trabajadores de Aguas, Gaseosas y Afines (Fataga), con la cámara empresaria, y remarcó que el gremio salteño «respeta esos acuerdos».

No obstante, señaló que al ítem de productividad puede ser negociado «localmente, empresa por empresa, porque Fataga facultó para eso» y advirtió que en la sucursal salteña se está pagando «un 16% de productividad, con respecto a la remuneración mensual íntegra».

«Pedimos que se incremente a un 65%; en realidad, lo que pedimos es un apoyo, un sostenimiento a los trabajadores, que tenemos derecho al progreso y al bienestar de nuestra familia”, expresó Sutara e insistió: «Somos trabajadores que queremos estar dentro de la empresa, trabajando, donde sentimos que es nuestro lugar. No es acá afuera, donde ellos nos llevaron y nos provocaron con tanta dilación de las negociaciones”.

Lamentó que ayer la policía «innecesariamente reprimió a los compañeros con balas de goma».

Eso «causó tres heridos, uno lastimado cerca del ojo, que casi le quita la vista, y tres detenidos injustamente».

«Como si estuviéramos en la dictadura», ironizó y resaltó que en democracia todos los trabajadores pueden «ejercer su derecho a huelga”.

Al frente de la protesta está el secretario general del Sindicato Unido de Trabajadores de la Industria Aguas Gaseosas y Afines (Sutiaga), Juan Carlos Ortega.

Hoy, una manifestación del Partido Obrero y sectores de izquierda acompañaron a los trabajadores de la embotelladora bajo la consigna «Ningún despido».