El Círculo Rojo no para de sufrir desengaños. Ávidos de señales de un gobierno que juzgan desgastado pero ideal en términos de identificación, acompañaron al presidente Mauricio Macri en dos eventos en los últimos siete días –la fiesta del centenario de la automotriz Fiat y el Foro Argentina Exporta– para encontrarse con un mandatario que insistió con la retórica de campaña.

A falta de otra cosa, en los pasillos se habló exclusivamente del deterioro de Macri, de las encuestas que miden a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y, con fuerza renovada, la posibilidad de una tercera vía forjada en algún tipo de consenso transversal.

Un empresario que estuvo en las dos reuniones reconoció a Tiempo que «el tema central es que Alternativa Federal no logra consolidarse como tercera fuerza», y reconoció la alarma del sector privado frente a la caída de su proyecto ideal: «Lo que estamos viendo son armados flojos, muy etéreos y volátiles. Hay mucha especulación y pocas propuestas para los problemas serios».

Un dirigente que juega en la agroindustria y en el Foro de Convergencia Empresarial explicó que «dentro de nuestro espacio predomina cada vez más la idea de que surja una tercera alternativa», ahora herida por la irrupción de la fórmula Fernández-Fernández.

El empresario aseguró que el Plan V (por Vidal) «se trató menos» que antes porque se debilitó, y reconoció su desconcierto: «Hoy cualquier cosa es posible. Ni siquiera hay certeza de que las fórmulas que ya se conocen lleguen a la PASO como están actualmente», dijo en relación a posibles cambios en la fórmula kirchnerista.

Declaraciones de Marcos Peña y Rogelio Frigerio contrastaron con los discursos de Macri pero no para mejor. El jefe de Gabinete defendió encendidamente en Argentina Exporta el proyecto reeleccionista de Macri frente al recurrente fantasma del populismo, mientras que el ministro del Interior les dijo a inversores brasileños que el actual presidente quiere seguir, pero «la táctica electoral está abierta a cualquier planteo y a quien quiera participar en una PASO».

Los empresarios creen que la insistencia de Peña con el rechazo al kirchnerismo perdió sentido con la candidatura de Alberto Fernández, a quien reconocen por negociador. El aperturismo del segundo, cuando Macri sigue afirmándose como único candidato, fue considerado «poco serio».

Y, naturalmente, Cristina Fernández estuvo en todas las conversaciones. Existe la teoría conspirativa según la cual Alberto Fernández es una suerte de Caballo de Troya de la exmandataria, y otra que cree realmente que CFK dio un paso al costado, «un giro pragmático», según la definición de uno de los analistas más escuchados por el establishment. El tablero sigue girando en el aire y el panorama está abierto. «