El próximo martes, el Indec dará a conocer el índice de inflación correspondiente a octubre. En los últimos meses, el IPC ha demostrado reticencias a la baja y en septiembre arrojó un 1,9% de incremento.

Números de ese calibre torturan a Federico Sturzenegger. En procura de reducirlos, el presidente del Banco Central elevó a $1,1 billones la cantidad de letras (Lebacs) que emitió ese organismo y por ese concepto convalidó durante dos años intereses por $ 440 mil millones, según reveló Tiempo hace dos semanas.

Fiel a su ortodoxia monetarista, Sturzenegger asegura que la absorción de liquidez a través de esos títulos quita presión a los precios. Esa teoría no se está llevando muy bien con la realidad local: el 17,6% de inflación en nueve meses ya superó la meta fijada en el presupuesto nacional para todo 2017.

Los informes del BCRA ponen como centro de sus estudios a la inflación núcleo. En ese concepto se aglutinan los bienes y servicios cuyos precios no están regulados por el Estado ni tienen variaciones estacionales. Según el Indec, se trata del 70% de los valores relevados por el organismo, volumen que en la práctica, según los técnicos, decide el rumbo que toma el índice de precios.

Sin embargo, el ítem Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles fue, por lejos, el que más aumentó: 46,3% en septiembre de 2017 con relación al mismo mes que el año anterior. En esa categoría ingresan gran parte de los servicios públicos cuyas tarifas el gobierno se ocupó de ajustar en los últimos tiempos. Allí se reflejan las subas en el gas, producidas en dos tandas, en octubre del año pasado y en abril último, y que promediaron un 203 y un 40% respectivamente; las de energía eléctrica, que en febrero crecieron entre un 61 y 148%, según informó el Ministerio de Energía; las de agua, que subieron un 23% en abril; y los ajustes trimestrales en el precio de las naftas y el gasoil.

Es lógico, entonces, que ese rubro sea el que más aumentó en los últimos 12 meses de todos los incluidos en el índice general. Desde enero, la suba es del 28,2% y está apenas una décima por debajo del rubro Educación, el que más aumentó. Según el Indec, los gastos en el ítem Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles abarcan un 10,5% de la canasta de consumo promedio. Significa que tres de los 17 puntos de inflación de este año y cinco de los 24 puntos de suba interanual están explicados de manera exclusiva por los tarifazos.

Ese cálculo no incluye los aumentos de segunda vuelta, como llaman los economistas al impacto de esas subas en los costos de las empresas y su traslado a los precios de los bienes y servicios que ofrecen. Dicho de otro modo, todas las empresas que incluyen electricidad, gas y combustibles en sus procesos productivos, trasladan a sus clientes lo que tuvieron que pagar de más en conceptos de tarifas. El ejemplo típico es el de los fletes, que aumentan su costo cada vez que sube el combustible. En el caso de la electricidad, el gobierno abrió un registro para las firmas que utilicen ese insumo de manera intensiva: así pactó que Aluar bajara sus precios del aluminio (material muy utilizado en el sector de la construcción) a cambio de suavizar el aumento que la compañía paga por la energía.

El dato sobre los precios regulados volverá a tener trascendencia en diciembre, cuando empiece a regir el nuevo cuadro tarifario de gas, estratégicamente postergado hasta después de las elecciones legislativas: podría acercarse al 25% si se suma la actualización prevista para los productores y el alza del dólar desde el último ajuste autorizado. Edenor y Edesur, en tanto, desdoblarán sus aumentos en dos tandas, la primera este mes y la otra en febrero de 2018: organizaciones de consumidores estiman que las boletas podrían ser un 40% más caras. Todavía resta resolver que sucederá con el incremento de AySA. Además, ya se habla de una suba escalonada a lo largo de 2018 de 100% en el transporte urbano, que se sentirá en los bolsillos de la población por más que ese concepto forme parte de otro ítem para las estadísticas del Indec. Estos números prometen calentar como el sol del verano al índice de precios en los próximos meses. Y no parece haber Lebac que lo frene, aunque Sturzenegger afirme lo contrario. «