El sistema de salud pública está compuesto fundamentalmente por la red de Hospitales Públicos y centros de salud dependientes de las provincias y municipios desde que la atención sanitaria y su presupuesto, al igual que la Educación, fueran descentralizadas en la década del ’90.

Además existe la red de hospitales universitarios financiados con el presupuesto nacional, el Hospital Posadas de gestión nacional y media decena de hospitales de gestión mixta como el Garrahan. Pero además, existe una extensa red de clínicas y sanatorios privados que, a su vez, se funden con la cobertura privada propia de las Obras Sociales Sindicales.

La fragmentación del sistema sanitario nacional ha llegado a un extremo tan profundo que, según los gremios, hoy resulta imposible determinar fehacientemente la infraestructura con la que cuenta el país para hacer frente a la pandemia.

De hecho, el secretario general de la Asociación de Médicos de la Actividad Privada (AMAP), Héctor Garín, explicó que “hay algunos datos pero no son verificables. Nunca se hizo un recuento de camas. El ministerio de Salud y la Superintendencia de Salud lo están averiguando en este momento pero es difícil tener un informe veraz”. De este modo, y de no modificarse la situación, la política sanitaria deberá determinarse relativamente “a ciegas”.

Con todo, estimaciones compartidas por dirigentes del gremio de médicos bonaerenses, la CICOP, indican que la cantidad de “camas críticas” (terapia intensiva y unidad coronaria) que son las que cuentan con respiradores artificiales, llegan a tres mil. De ese total, según Pablo Maciel, secretario gremial de la CICOP, “más de la mitad corresponden al sistema privado”.

Los trascendidos acerca de un otorgamiento de un bono de $30 mil para todos los trabajadores de la salud que incluirían a los empleados privados y sería financiado por el Tesoro Nacional, plantea el debate sobre la posibilidad de que todos los recursos disponibles sean centralizados en un comando único para abordar la problemática en forma coordinada.

Desde la CICOP, Pablo Maciel, de hecho, recordó que “en Francia e Italia el Estado tuvo que intervenir y poner a disposición todas las camas del sistema. Hay que intervenir con la herramienta de la Emergencia Sanitaria y tomar el control de todo el sistema de salud. Sería preocupante que el sector privado se desentienda”.

Consultado sobre esa posibilidad Héctor Garín, Secretario General de AMAP, señaló que “por supuesto que lo veríamos con buenos ojos. Hay países que son absolutamente privados como EEUU y miren el problema que tienen. China que funciona en forma absolutamente estatal y Alemania, que tiene una salud pública muy fuerte, han podido manejar la crisis. Los que creen que el mercado maneja todo, se equivocan. Tenemos una creencia de toda la vida que es que la salud es siempre una cuestión pública. Que luego lo administre el sector privado o las obras sociales es otro tema. Cuando hay una emergencia no hay tres subsectores. Tiene que haber un solo sector complementario”.

Lucas Arriola, también miembro de la comisión directiva de la AMAP, confió que “las obras sociales y el sistema privado están articulando con el ministerio de salud para poner a disposición del Estado la infraestructura. Desconozco los avances. Nosotros nos debemos a la atención médica y, mientras se respeten los horarios y las condiciones de bioseguridad, atenderemos en el lugar donde se disponga”.

En el mismo sentido, Jorge Gilardi, presidente de la Asociación de Médicos Municipales (AMM) de la CABA, coincidió en que “en una epidemia de este nivel nosotros tenemos que tener lo público y lo privado a disposición de la salud de la gente. Hay varios sub sectores. El de la seguridad social (las Obras sociales), las prepagas y el sector público. Los tres tienen que trabajar mancomunadamente. Lo que nos une es el paciente. Hay que dejar todos los intereses en medio para abordar esta situación de gravedad. Se está trabajando pensando en conjunto, cada uno va a aportar lo necesario. No quiero ser ingrato diciendo que no se va a hacer. Por ahora están colaborando entre sí.”.

La pelota, ahora, está en el campo del gobierno que tiene es quien debe tomar una decisión.