Se conoció el índice de pobreza en la Argentina para el primer semestre de este año. La estadística indica que las personas que, en promedio, vivían en hogares que no reunían los ingresos suficientes para solventar el costo de la Canasta Básica de Alimentos en ese período llegaron al 36,5% en los conglomerados urbanos que mide la Encuesta Permanente de hogares. Se trata de una mejora de 0,8 puntos porcentuales con relación al promedio que se registró durante los últimos seis meses del año pasado aunque un congelamiento con relación a la cantidad de personas producto del crecimiento de la población.

El dato indica que, dentro de esa muestra que incluye solo los 31 conglomerados urbanos, fueron 10,6 millones las personas personas de las cuales 2,6 millones se encontraban en una situación de indigencia. Proyectadas a los resultados provisorios del censo 2022 que contabilizó 47.327.407 habitantes, se trata de 17,3 millones de personas pobres dentro de las cuales 4,14 millones viven en hogares indigentes. Si se tomaran las proyecciones de población del censo 2010 aún vigentes la cifra rondaría los 16,9 millones.

El resultado es levemente inferior a las proyecciones que institutos privados habían compartido con este medio y que pronosticaban que el resultado alcanzaría el 37,1%. Si bien el dato refleja una mejora con relación a lo que ocurría seis meses atrás, al tratarse de un promedio del período el resultado no permite percibir el cambio de tendencia que se produjo a partir de abril de este año y que, el análisis y las proyecciones del podcast de pobreza del departamento de econometría de la Universidad Di Tella, situó el cambio de tendencia en abril de 2022. De hecho, el estudio proyecta una pobreza del 39,9% promedio para el semestre que va de marzo a agosto de 2022.

El índice, además, no abarca el período que va de julio a la actualidad cuando a partir de la corrida cambiaria la inflación retomó un rumbo ascendente en contradicción con los ingresos de la población.

El índice de pobreza registrado, a priori, resulta contradictorio con la reducción de la tasa de desempleo que en el período se redujo hasta el 6,9% y con la mejora en la distribución del ingreso. De un análisis pormenorizado surge que la combinación de esos datos sirve para explicar precisamente la consolidación de la pobreza en términos estructurales. Del 1,5 millones de puestos de trabajo asalariado creados en el último año, 1,2 millones resultan ser no registrados y con salarios por debajo de la Canasta de Pobreza. La mejora en la distribución surge por un creciente achatamiento de la pirámide de ingresos entre los trabajadores asalariados.

Del informe conocido hoy surge además una suba en el porcentaje de la población que se encuentra debajo de la línea de indigencia como resultado de un incremento del precio de los alimentos por encima del IPC.  De hecho, mientras lo ingresos promedio familiares se incrementaron en seis meses en un 29,1%, la Canasta Básica Alimentaria que mide el umbral de la indigencia lo hizo en un 33,8% mientras la Canasta Básica Total lo hizo en un 29%.

La consolidación de una situación de pobreza se puso de manifiesto en la denominada “brecha” que indica la distancia entre el ingreso promedio de los ciudadanos pobres y la propia canasta que se ubicó en un 37,2% algo superior a lo que sucedía seis meses antes. La de la indigencia, por su parte, se ubica en 34,9%.

A la hora de medir el fenómeno por edades surge que el 50,9% de los niños de 0 a 14 años viven en hogares que atraviesan una situación de pobreza.

La pobreza escala al 42% en los partidos que integran el Gran Buenos Aires marcando una leve reducción con relación al 42,3% de seis meses atrás mientras la indigencia escaló hasta el 11,9% cuando en el período anterior afectaba al 10,5% de las personas. En el gran Resistencia el flagelo afecta al 49,9% de la población, un leve retroceso con relación al 52% previo.

El dato de pobreza se conoce en momentos en los que la cartera de Desarrollo Social se encuentra rodeada por un acampe de las organizaciones que integran la Unidad Piquetera que acampan en el lugar hace ya más de 24 horas en reclamo de la universalización de los programas sociales, el envío de más alimentos para los comedores populares y la aplicación de un programa de creación de empleo basado en un plan de viviendas. El acampe que se replica en veinte puntos del interior del país, podría extenderse por 24 horas más si las autoridades de la cartera de desarrollo social no habilitan una reunión con esas organizaciones.