La Cámara Argentina de Supermercados (CAS), que nuclea a los comercios regionales, no quedó conforme con la corrección que realizó el gobierno en el acuerdo firmado con Carrefour, que en lugar de eliminar el 50% de todas las cargas patronales en el marco del Procedimiento Preventivo de Crisis, pasó a hacerlo sólo sobre el 15% de aumento salarial de este año. 

El viernes emitió un comunicado en el que pidió «igualdad de trato para los Súper Argentinos» y advirtió que «no sería de extrañar que alguna otra gran cadena amenace con retirarse del país e inicie un Preventivo de Crisis en pocos días».

El gobierno dio marcha atrás sobre el punto más polémico, pero sostuvo aquellos ítems que perjudican a los trabajadores y que, por supuesto, no son objetados por las empresas: mil retiros voluntarios, bajas de beneficios salariales, facilidades para cerrar sucursales y un Preventivo de Crisis que durará hasta 2021 y que funcionará como una espada de Damocles sobre la cabeza de los trabajadores. Tal es así, que en el citado comunicado la CAS afirmó: «Lo lamentable es que este pernicioso proceso se lleve adelante (consciente o no) con la colaboración de las autoridades y de las organizaciones que representan a los trabajadores».

El acuerdo inicial firmado por Carrefour, el sindicato de Comercio y el ministerio de Trabajo había desatado la furia del resto de las empresas del sector. La Cámara Argentina de Distribuidores Mayoristas (CADAM) había dicho a Tiempo: «Así como estamos absolutamente en contra de esto, en la primera situación que tengamos vamos a hacer exactamente lo mismo. Si es válido, será válido para todos». 

«Hay muchos súper que están en crisis desde hace tres años. Pasa que si le ocurre a un gigante como Carrefour sale en la tapa del diario. Es probable que otros hagan lo mismo, si es que están en las mismas condiciones», se sumó la CAS.

Según trascendió, distintos representantes de empresas del sector se reunieron con altos funcionarios del equipo económico del gobierno para plantear el reclamo y un trato igualitario. Como respuesta, el Ministerio de Trabajo realizó una profunda modificación al acuerdo inicial con Carrefour. Eso tranquilizó a los empresarios del sector.

Unilever había aparecido como la punta de lanza de las empresas que fueron a reclamar al gobierno. Sin embargo, el vocero de la empresa Axel Flugel fue contundente ante este medio: «De ninguna manera. No nos reunimos con el gobierno por este tema. Ni siquiera es un tema que nos importe. Además, la empresa está muy lejos de una situación de crisis o de despidos o de pedir un Preventivo de Crisis». En sintonía, Pablo Busch, delegado gremial de la empresa, dijo que «sería muy sorpresivo que Unilever plantee una crisis». Para el delegado, «si bien hay un achique de beneficios, no hay ninguna perspectiva de Preventivo de Crisis, ni de despidos masivos, ni nada similar». «