Como parte de diversas iniciativas en todo el país que conformaron  la Marcha Federal por la Salud, miles de manifestantes llegaron a la Plaza de Mayo sobre las 14 del jueves convocados por el Movimiento por el Derecho a la Salud. La movilización, que ocupó más de cinco cuadras sobre la Avenida de Mayo concluyó en un acto donde Nora Cortiñas, dirigente de Madres de Plaza de Mayo línea fundadora, rodeada por 40 dirigentes, leyó un documento consensuado entre las organizaciones convocantes.

La iniciativa surgió a partir de las protestas que impulsó la junta interna de ATE del ex Ministerio de Salud con el propósito de repudiar la degradación de esa cartera a nivel de Secretaría. Sucesivas movilizaciones y cortes de calle fueron dando forma a un movimiento que confluyó y se nutrió también del conflicto por los más de 1300 despidos que en dos años se sucedieron en el Hospital Posadas de la provincia de Buenos Aires así como de las protestas en repudio al decreto del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires mediante el cual se pretende unificar cinco hospitales públicos en uno solo.

De este modo, de la movilización que partió desde el edificio del ex Ministerio, participaron trabajadores de varios hospitales afectados, las diferentes asociaciones de profesionales, la CICOP (el gremio de médicos bonaerenses) y ATE. También se sumaron sindicatos enrolados en la Corriente Federal de Trabajadores y movimientos sociales como la CTEP. Se destacaron también las columnas de los jóvenes médicos residentes que vienen desarrollando masivas asambleas interhospitalarias para impulsar los reclamos generales junto a sus reivindicaciones particulares.

Participaron delegaciones de Universidades Nacionales del Conurbano como la de Lanús y Quilmes así como el Centro de Estudiantes de Ciencias Médicas (CECIM) que, en otro síntoma del clima que se vive el sector, acaba de renovar su conducción de manos de la agrupación afín al gobierno, Nuevo Espacio (ex Franja Morada), en favor de El Frente encabezada por la izquierda (PO).

El documento que se leyó en el escenario denunció “el desmantelamiento de las políticas públicas en general y de la salud en particular” y asegura que, en realidad, los proyectos oficiales de Cobertura Universal de Salud (CUS) y al Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías de Salud (AGNET) constituyen “un sistema impuesto por el Banco Mundial que consiste en reasignar el presupuesto del sistema público de salud al sector privado”.

En el texto también se hizo referencia al ajuste y subejecución presupuestaria, consecuente cierre de programas así como el faltante de medicamentos e insumos, los despidos y los crecientes problemas de infraestructura.

 Por último, caracteriza la eliminación del Ministerio de Salud como un “retroceso histórico” “impuesto por el FMI” con el resultado de un “avance incontrolado de las fuerzas del mercado” que se da en un contexto de “transferencia de recursos de los sectores populares a los capitales concentrados, provocando el aumento de la desigualdad, la desocupación y la pobreza.”