El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional no será cumplido al pie de la letra. No uno, sino varios puntos del convenio que se firmó hace apenas 10 semanas quedaron obsoletos o fuera de las posibilidades concretas del gobierno argentino.El panorama varió fuertemente desde que el presidente Mauricio Macri tomó la decisión de solicitar un préstamo stand by. Desde entonces, a comienzos de mayo, el dólar se disparó 40% y con él también cambiaron casi todas las variables macroeconómicas.

El 22  de junio, dos días después de que el directorio aprobara el acuerdo con las autoridades argentinas, el Fondo giró el equivalente a U$S 15 mil millones y puso otros U$S 35 mil millones a disposición en doce cuotas trimestrales, en tanto y en cuanto se cumplieran estrictas pautas en materia de inflación, déficit fiscal y política monetaria. Entre ellas, las siguientes que ya se quebraron o están a punto de romperse.

Inflación. El programa fija una meta de inflación interanual de 27% a diciembre de este año, como primer paso para un descenso prolongado que llevaría la tasa a sólo un dígito en 2021. Un desvío mayor a dos puntos obliga a consultar la política monetaria con el staff técnico del Fondo, mientras que si la diferencia supera los cinco puntos la discusión será directamente con el directorio de la entidad. En julio, según el Indec, el índice de precios anual llegó a 31,2% en 12 meses y la expectativa es que hacia fin de año se acerque a 35%, superando ampliamente la tolerancia fijada.

Rescate de títulos en poder del Banco Central. El gobierno se comprometió a iniciar un programa para recuperar los títulos que en su momento le había endosado a la entidad monetaria a una tasa de interés casi nula, por un monto cercano a U$S 25 mil millones. El objetivo era fortalecer el patrimonio del Central. El Tesoro iba a conseguir el dinero para el rescate a través de nueva deuda. El lunes, en una reunión con corresponsales de medios extranjeros, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, confirmó que pidió al FMI la remoción de esa cláusula por las altas tasas que el mercado le está pidiendo a los bonos argentinos.

Reservas internacionales. El FMI había exigido que el Banco Central retuviera parte del anticipo girado para llevar sus reservas a un piso mínimo de U$S 55.400 millones y que lo mantuviera así hasta fin de año. Sin embargo, una fracción de ese adelanto fue usada para cancelar Lebacs, los títulos cuyo volumen se había vuelto casi igual a la base monetaria. “Tenemos aval del FMI para cancelar Lebac con reservas”, dijo Luis Caputo, titular del BCRA. El lunes, las reservas habían caído a U$S 55.154 millones, antes de que este martes se subastaran otros U$S 200 millones en otro intento para frenar la escalada de la divisa.

Crecimiento. El gobierno había dicho que culminaría el año con un leve incremento del PBI de 0,4%. Sin embargo, esta semana Dujovne reconoció que esperan una caída cercana al 1%, más cercano al “escenario adverso” que preveía el Fondo Monetario en caso de una complicación internacional. De cara a 2019, el pronóstico inicial con una suba de 1,5% cambiaría por otrode crecimiento nulo.

En caso de que se vulnere algunas de estas cláusulas (la del crecimiento económico no cuenta porque se trata de la consecuencia de un conjunto de otras medidas), el país debería pedir un waiver o dispensa por incumplimiento, según el protocolo de estos casos. En la práctica, como lo revelóCaputo, el Fondo es informado de todo lo que sucede y la misión que iba a monitorear el acuerdo (que iba a permanecer 10 días en el país y prolongó su estadía más de lo previsto) ya dio el visto bueno a algunas de las modificaciones. En las últimas horas circuló la versión de que se incorporaría alguna adenda que sirva para restaurar la confianza de los mercados, uno de los grandes objetivos del acuerdo y que hasta ahora, evidentemente, no se alcanzó.