La propuesta testimonial que presentó Vicentin al juez de Reconquista Fabián Lorenzini solo tiene por objetivo mantener el bloqueo a cualquier posibilidad de solución al concurso que no vaya por el camino que ya ha recorrido desde que la cerealera se presentó ante el juzgado de Lorenzini en diciembre de 2019, es decir, con la batuta del juez y el guión de los accionistas de Vicentin.

Aunque era testimonial, la oferta tiene un valor porque apunta a consolidar el pedido que le hicieron los accionistas de la cerealera a fines de julio al juez Lorenzini, de extender hasta marzo de 2022 el plazo de evaluación exclusiva de la propuesta de compra que elevaron en mayo pasado Visterra, ACA y Molinos Agro.

Es decir, el concurso que iba a concluir a principios de septiembre próximo se prolongaría seis eternos meses más, con el beneplácito de los accionistas de Vicentin y el perjuicio de miles de pequeños productores que no ven un peso de sus acreencias desde mediados de 2019 y que el Lorenzini licuó al establecer que se registren en pesos nominales.

Pero el truco tiene otro pase mágico: la prolongación del concurso se haría blindando a Vicentin de cualquier posibilidad de injerencia desde afuera ya que tendría por objetivo evaluar “en exclusividad” la propuesta de compra de Viterra, ACA y Molinos Agro.

Este trabajo de pinzas ha sido duramente criticado por diferentes actores del proceso, como el abogado del Grupo Grassi (uno de los acreedores) Gustavo Feldman, para quien “el papel de la Asociación de Cooperativas Argentinas es lastimoso al prestarse a una parodia de este tipo. No hay duda que es para ayudar a Vicentin a ganar tiempo”, sostuvo. Feldman cree que la posibilidad de ese trío de capitalizar la empresa “es un cuento chino” cuyo único objetivo es ganar tiempo “con la connivencia de la sindicatura y del juez Lorenzini, que sigue siendo el principal operador de Vicentín”, subrayó en declaraciones radiales.

Feldman puso el ojo en ACA porque es acreedora de Vicentin, mientras que las otras dos empresas no presentan esa situación. Con el agregado de que Viterra es la ex Oleaginosa Moreno, de Glencore, socia de Vicentin en la aceitera Renova hasta apenas días antes de la presentación del concurso, cuando compró el resto de la sociedad.

La propuesta de este trío es básicamente hacerse del 90% de las acciones con derecho a voto y poner a trabajar las plantas a pedido. El esquema no tiene nada de singular y es el que se emplea en la actualidad.

Una propuesta insólita

La revisión de los números que presentó Vicentin en la oferta deja aspectos muy llamativos: en primer lugar, una quita del 75% de la deuda y el pago del 25% restante en Obligaciones Negociables (ON) por liquidar en un plazo de 20 años. Las ON se emitirían en dólares para aquellos acreedores con créditos verificados en esa moneda en el marco del concurso preventivo, situación que comprende a entidades financieras, Renova e incluso a Vicentin Paraguay. Para aquellos acreedores con deudas pesificadas, que es el caso de la mayor parte de los productores y acopios que integran el concurso, las ON se emitirían en pesos al tipo de cambio oficial, lo que implicaría una licuación brutal. Las ON devengarían intereses calculados sobre saldos, los cuales serían del 0,5% anual en el caso de los tramos dolarizados y tasa Badlar, actualmente en el 34%, para los pesificados.

En el caso de los acreedores privilegiados, como es el caso del Banco Nación y la AFIP, entre otros, la propuesta indica que “se realizarán negociaciones específicas en cada caso, que podrán incluir también cualquiera de las opciones previstas” en la propuesta presentada a los anteriores.

Feldman, que representa al acreedor Grupo Grassi, aseguró que la propuesta pone de relieve que la empresa “no quiere honrar su deuda” y la calificó de “maniobra” que tenía por único objetivo “ganar tiempo”.