A menos de una semana de su paso por el festival Lollapalooza Argentina, que se celebró en el Hipódromo de San Isidro, Taylor Hawkins, baterista de Foo Fighters, fue hallado muerto, a los 50 años, en un hotel de Bogotá, Colombia, en donde el grupo se encontraba para participar del Festival Estéreo Picnic. La policía de esa ciudad se encuentra investigando las causas de su fallecimiento.

Desde la cuenta oficial del grupo en Twitter, la banda emitió un comunicado para dar a conocer la noticia: «La familia Foo Fighters está devastada por la trágica muerte de nuestro amado Taylor Hawkins. Su espíritu musical y su risa contagiosa vivirá con nosotros para siempre. Nuestro corazón está con su esposa, su hijo y su familia en estos momentos, y pedimos privacidad y respeto para atravesar este tiempo doloroso”.

La muerte del músico impacta de manera especial a los fans argentinos debido a que fue aquí, el domingo pasado, en donde brindó su última actuación. Tal como solía ocurrir, Hawkins había sobresalido durante el set por sobre el resto de sus compañeros, tanto por la energía en su estilo para tocar la batería como por su histrionismo, lo que lo convertía en el perfecto coequiper del líder Dave Grohl en escena.

Justamente en ese show el baterista había tenido un rol protagónico en un pasaje del set, cuando Grohl lo hizo pasar al frente, primero para mofarse de sus llamativas calzas, para luego invitarlo a que tomara la voz cantante en el cover del clásico de Queen «Somebody to Love». Hawkins demostró allí ser un gran cantante, además de un gran showman.

En la semana, el músico había vuelto a ser noticia porque le había concedido el deseo a una pequeña fan paraguaya que quería conocerlo durante su paso por Asunción, como escala antes de su llegada a Colombia desde Argentina.

En las últimas horas distintos músicos expresaron su dolor por la muerte de Hawkins a través de las redes, entre ellos Ringo Starr, Ozzy Osbourne, los Guns N’ Roses y Gene Simmons de Kiss.

Oriundo de Texas, Hawkins se había unido a Foo Fighters en 1997 en reemplazo del entonces baterista William Goldsmith y se había ganado un lugar como uno de los miembros más queridos por los fans. Con formación en percusión clásica desde niño, tomó como modelos de baterista de rock a Roger Taylor de Queen y a Stewart Copeland de The Police; y configuró así un versátil estilo que combinaba potencia y técnica.

Aunque integró varias bandas desde joven, comenzó a transitar el camino del profesionalismo cuando formó parte del grupo que acompañó a Alanis Morissette en la presentación de su exitoso disco «Jagged Little Pill».

La gira sirvió de plataforma para que fuera convocado por el exNirvana Dave Grohl para sumarse a Foo Fighters, en donde se ganó un lugar fundamental. También aprovechó su fama para llevar adelante un proyecto propio al que llamó «Taylor Hawkins and the Coattail Riders», en donde tocaba la batería y cantaba. El histrionismo del músico también pudo verse en la pantalla grande cuando encarnó a Iggy Pop en la película «CBGB», de 2012, que narra la historia del célebre reducto punk neoyorquino.

Según publicaban en las primeras horas de la madrugada los medios colombianos, la policía local y expertos forenses trabajaban en el lugar en busca de indicios que pudieran dar pistas sobre los motivos del fallecimiento del músico.

Aunque la banda no brindó mayores precisiones más allá del comunicado oficial en el que informó la muerte del baterista, se descuenta que queda suspendida la gira que venía realizando por varios países.