“Por eso, igual que sentí la urgencia de escribir mis libros, surgió la necesidad de hacer este programa”. Con apenas 21 años, la escritora y actriz criada en Entre Ríos alzó fuerte su voz de poeta para dar cuenta de su experiencia como mujer trans. Fue la singularidad de esas palabras (reflejadas en los textos de Pendeja. Diario de una adolescente trans y Fatal. Una crónica trans) y un camino artístico y de militancia que reinició en Buenos Aires lo que llevó a Unrein a la conducción de No binario. “Lo que más me entusiasmó es la posibilidad que les da a les entrevistades de contarse y pensarse, de otorgarles un espacio por primera vez”, amplía la escritora. Por la pantalla de Encuentro, este documental de cuatro episodios trae distintas historias atravesadas por las luchas y conquistas fundamentales de la igualdad de derechos en Argentina: la Ley de Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Género, el cupo laboral trans y la adopción en las familias diversas.

La geografía donde transcurre la serie es mucho más que un paisaje dentro del relato. Tierra del Fuego, la provincia en la que, según Unrein, “cabe toda la implicancia filosófica y metafórica de estar ‘en el fin del mundo’, ya que se trata de una sociedad relativamente nueva y muy abierta”, que estuvo a la vanguardia en todos esos temas. Desde el casamiento entre Alex Freyre y José María Di Bello en 2009, habilitado por un decreto de la entonces gobernadora Fabiana Ríos, y celebrado en Ushuaia un año antes de que se sancionara la Ley de Matrimonio Igualitario, hasta el fallo histórico que respaldó a Shanik Lucián Sosa Battisti, en 2019, en su pedido de ser reconocida legalmente como persona no binaria, en el territorio más austral de la Argentina el derrotero del colectivo LGBTIQ+ deja atrás la supuesta centralidad de Buenos Aires.  

La historia de Carolina Unrein, entretejida con las voces del documental, habla también de otras tantas que habitan el país. “Soy de Diamante, una ciudad de 20 mil personas a orillas del río Paraná y a unos 40 minutos de la ciudad de Paraná. Para mí, es un pueblo quedado en el tiempo…”, ilustra la autora. “Toda la familia de mi padre es alemana del Volga. Es una familia de clase media ‘pelagatos’”. ¿Cómo fue su transición allí? “Una mierda. No hay mucho más para decir. Esas experiencias están plasmadas en mis libros”, dice sin dudar. Ya asumida como poeta, Unrein salvó distancias desde el Litoral a través de Internet, para conectarse con referentes como Susy Shock. “Me vine a los 19 años a Buenos Aires. Llegué no sé si con un plan, pero con contactos hermosos como el de Susy. Fui abrazada por ella y por Marlene Wayar, y por la gente de casa Brandon. Al mes de llegar se publicó Fatal”.

Si bien no participó del guión, la escritora confiesa que a partir del trabajo conjunto que realizaron con la producción de No binario, su aporte le dio un “tinte personal” al documental. “Tuvimos entrevistas para ver cómo me atravesaban o interpelaban los temas tratados”, puntualiza. En cuanto al panorama que se abre a partir de las leyes sancionadas, Unrein es contundente: “Hay mucho por hacer y las personas trans todavía no podemos tener una vida digna como el resto de las personas. Pero me parece que no nos corresponde a nosotras pensar qué tienen que hacer o cuál es la responsabilidad de las personas cis para arreglar las cagadas que nos dejaron a las nuevas generaciones. Somos un grupo poblacional al que durante años corrieron, y con el cual cometieron, prácticamente, un genocidio, como dice Marlene Wayar. Intentaron eliminar nuestros cuerpos e ideas de la sociedad”, recalca la conductora.

Puesta a analizar el impacto real de esos cambios, la escritora opina: “La Ley de Identidad de Género me parece fundamental. Que el Estado nos reconozca en base a nuestros géneros y nombres, y le pueda dar validez a nuestra verdad en los documentos, más allá de la discusión de si necesitamos o no esa legitimación, es esencial. Realmente fue un antes y un después en lo que respecta al colectivo trans y LGBTIQ+, y sobre todo ahora, con el decreto de la nomenclatura X al que las personas no binarias pueden acceder”. Unrein resalta especialmente que la ley haya garantizado el acceso integral a la salud, que permite que las personas “pueden tener, de forma pública y gratuita, tratamientos hormonales, quirúrgicos y todas las intervenciones que sean necesarias como parte de su transición, y sin hacer el cambio en el DNI”. Y da un espacio relevante al cupo laboral trans: “Somos un colectivo vapuleado, sobre todo en las generaciones pasadas, que en un alto porcentaje no pudieron terminar su educación secundaria y están totalmente marginadas del mundo laboral. El cupo, en lo concreto de todos los días, haría una gran diferencia para muchas personas”. «

No binario

Serie documental de cuatro episodios. Todos los lunes a las 22 por Encuentro. Repite los jueves a las 13, viernes a las 17:30, sábados a las 19 y domingos a las 15.


La capacidad y el compromiso de transformar

Una de las cosas que más entusiasmó a Carolina Unrein al filmar No binario fue la posibilidad de viajar en avión y conocer Tierra del Fuego. “Yo estaba batallando con una depresión clínica. Y una de las cosas que rondaba en mi cabeza durante ese período era la sensación de que no había lugar para mí en el mundo, que este mundo estaba construido sin personas como yo”, rememora con pesar. “Durante la experiencia de la serie, lo que más me quedó claro es toda la belleza que tenemos, toda la poesía que esconden nuestras historias, nuestros cuerpos, y que el sistema socioeconómico, político y cultural intenta borrar, acomodar, convertir en prosa. Las personas trans representamos la antítesis de eso, algo que al sistema no le conviene que la gente sepa, y es que los seres humanos tenemos la capacidad de transformar. Las personas trans somos la representación de esa idea en carne viva, manifestándose todo el tiempo”, concluye.