Los trabajadores de la cultura son uno de los colectivos más golpeados por la pandemia. La circulación del Covid 19 en todo el mundo obligó a suspender toda actividad teatral, cancelar rodajes e impuso dotaciones televisivas acotadas que hicieron inviable cualquier proyecto de ficción. El parate y la incertidumbre golpearon fuertemente al sector y particularmente a los trabajadores que conforman la base de su pirámide. Hoy, protocolos mediante, comenzó una leve reactivación cuyo futuro es un enigma. En este contexto, Cecilia Roth transita un momento casi único. Protagoniza la flamante obra de teatro Felices los felices y el biodrama Muy bodas de sangre, es parte de la experiencia de audioteatro por WhatsApp Audioguía para que vuelvas y encabezó Crímenes de familia, una de las películas argentinas del año.

Pero a Roth el momento personal no le tapa el bosque. «Siento que nuestro oficio fue muy poco tenido en cuenta. Que no se nos escuchó todo lo que se nos debía haber escuchado. La situación sanitaria obligó a una parálisis casi total de la actividad y no hubo medidas paliativas sólidas para el sector. Muchos colegas y trabajadores relacionados con la cultura pasaron y siguen pasando momentos dificilísimos. No nos consideran una actividad esencial y yo creo que durante la cuarentena las producciones artísticas ayudaron a sostener el espíritu de millones de personas», destaca la actriz.

La situación general hace que Roth valore y disfrute todavía más sus nuevos proyectos. Felices los felices es una selección de tres cuentos de Yazmina Reza trabajados desde la dramaturgia de Daniel Veronese. Julieta Díaz protagoniza «Odile Toscano», Roth hace lo propio con «Pascualine Hutner» y Peto Menahem cierra con «Robert Toscano». Muy bodas de sangre, por su parte, es un tríptico basado en el texto de Federico García Lorca y transformado por Vivi Tellas en un biodrama. Constituye el debut de Roth en el Teatro San Martín. Ambas obras se realizan sin público y serán transmitidas vía streaming.

Felices los felices te dio la oportunidad de pisar un escenario después de unos cuantos meses. ¿Cómo te sentiste?

–Fue increíble. Empezando por los ensayos por Zoom. Si bien no es una obra con el público presente y se transmite por streaming, me permitió reencontrarme con el escenario y fue muy fuerte. Estar ahí parada dispara una magia que no se puede expresar con palabras. También te genera una sensación de abismo, de punto de no retorno. A veces cuando hago teatro, poco antes de salir, me agarra la sensación de «¿Para qué estoy acá? ¿Para qué voy a dejar que tanta gente me juzgue? ¿Por qué no me quedé en casa?» (risas). Creo que es algo que nos pasa a todos los actores, de forma más o menos manifiesta. Se supone que le gente va a verte porque confía en vos, porque apuesta a que le des algo bueno. Eso lo entiendo racionalmente, pero los miedos circulan por otros lados.

–En este caso es una obra de teatro que se filma para poder transmitirla por streaming. ¿Cómo te llevaste con eso?

–A mí las cámaras me dan más tranquilidad. Primero porque garantizan que lo que hacés queda, le dan eternidad a los proyectos. Y en lo que tiene que ver con el trabajo en sí, me gusta más porque siempre te dan otra oportunidad. Aunque no te equivoques, sabes que si eso sucede vas a tener la posibilidad de rehacer la escena. En el teatro esa posibilidad no existe.

–¿La eternidad que garantiza la cámara no puede ser una fuente de agobio?

–Podría. Pero por suerte no me sucede (risas).

–¿Que te atrajo de la historia de «Pascualine Hutner»?

–Me sedujo por múltiples motivos. Es un cuento. No está pensado como un monólogo o una pieza de dramaturgia. Incluso la versión original tiene términos muy castizos, por eso Daniel (Veronese) hizo algunos retoques que la argentinizan y le dan formas más teatrales. Había leído el libro hace cinco o seis años y me encantó. Me pasaba algo gracioso: lo tenía en la biblioteca que está al lado del escritorio y lo veía todo el tiempo cuando hablaba por teléfono. Hasta que confirmé que hacía la obra y no lo encontré más. Seguro que cuando termine aparece (risas). La situación de esta mujer es muy dramática, pero la cuenta de una manera muy especial para que no le duela tanto. Se pierde en otros temas, vuelve, pero a pesar de todo mantiene cierto hilo de esperanza.

–¿Cómo se dio tu participación en Muy bodas de sangre?

–Es una experiencia maravillosa. La idea original, antes de la pandemia, era hacer la obra original de (Federico García) Lorca en el Teatro San Martín y con público. Iba a ser mi primera vez en un espacio tan potente y simbólico. Pero bueno, llegó el Covid 19, todo se suspendió y ahora surgió la idea de hacer este espectáculo que es como un Lorca recargado, es Muy bodas de sangre, el resultado de la creatividad y audacia de Vivi Tellas. Es una experiencia muy estimulante. La profundidad universal de Lorca y la mirada tan singular de Vivi.


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(Foto: Carlos Furman)

Pérdida y distancias

Roth es dueña de un tono entre entusiasta y reflexivo. Sin embargo, la entrevista comenzó con su voz algo apagada, ensombrecida. La reciente muerte de su madre, la cantante, pianista y docente Dina Rot, la empujó a un duelo siempre difícil. «La estuvimos cuidando en casa hasta el último momento. Mi hermano (Ariel Roth) pudo venir de Madrid para verla. En ese sentido, la pudimos acompañar y despedir como se merecía. Pero no tuvimos velorio, una ceremonia que es vital para la gente que queda de este lado. Nos llamó mucha gente, nos mandaron mucho cariño… Pero no alcanzan para olvidar las distancias Esta vez los abrazos se los tiene que dar cada uno», confiesa con melancolía.

–¿La pandemia se está haciendo muy larga?

–Sí. Por suerte tengo trabajo y hago lo que me apasiona. Eso no lo pierdo de vista. En mi casa estoy cómoda y me cuido. La distancia de los cuerpos se va haciendo una carga cada vez más pesada a medida que pasan los meses. Vivimos tiempos difíciles y los abrazos se extrañan más que nunca.

–Hace poco criticaste a la revista Gente porque puso en tapa una foto tuya con muchísimo Photoshop.

–Sí, expresé mi opinión desde mi Instagram. No entiendo qué quisieron hacer. Es una antigüedad horrible, atrasa. Es irreal y contraproducente. La realidad no es esa foto y me parece que tenemos que trabajar con la realidad. Esa foto no era yo y tampoco quiero ser como esa foto.

–La foto estaba tan manipulada que parecías una muñeca de porcelana.

–No hablé con la revista, no me pareció necesario. Es difícil de entender. ¿Se supone que eso vende más? ¿Yo debería tener esa cara? La verdad que me incomodó. No por lo que pudieran llegar a decir, me incomodó porque no refleja la realidad.

–Más allá de la revista, hay un problema social con la imagen y la negación del paso del tiempo.

–Sí, es casi una enfermedad social. En algún momento deberíamos desarticular esas pretensiones artificiales. 

–¿Con qué expectativas recibiste la noticia de que el Ejecutivo envió al Congreso un nuevo proyecto para legalizar el aborto?

–Me pareció genial lo del proyecto y mucho más que lo envíe el Gobierno. Es un mensaje político fuerte. Creo que es el momento para que salga la ley sí o sí. No hay margen para retroceder, como sucedió con otros temas. La militancia antiderechos va a pelear, pero está inflada. Veremos cuál será esta vez su eficacia para el lobby. Me gustaría escuchar con qué argumentos se opondrán algunos diputados y senadores a este proyecto. ¿Para sostener la clandestinidad? ¿Para proteger el negocio de las mafias? Estamos en un momento histórico y los senadores y diputados deberán demostrar que están a la altura.  «

¿Cuándo?

Felices los felices. Cuentos de Yazmina Reza. «Odile Toscano» (Julieta Díaz), «Pascualine Hutner» (Cecilia Roth) y «Robert Toscano» (Peto Menahem). Sábados de diciembre a las 21 por plateanet.com. Muy Bodas de sangre. Idea y dirección: Vivi Tellas. «Parte 2» (con Mauricio Paniagua, estreno 5 de diciembre), «Parte 3 (con Cecilia Roth, 12 de diciembre). «Parte 1» (Maite Lanata, ya disponible). Por complejoteatral.gob.ar. 



Diego, una pérdida irreparable

La nota de Cecilia Roth con Tiempo se realizó pocas horas antes del fatídico miércoles 25 de noviembre que cambió la vida de los argentinos y buena parte del mundo. La magnitud de la noticia hizo necesario otro diálogo: «Estoy muy conmovida. Lo conocí y compartí dos encuentros con él. El primero fue más casual, en Telefe. Estábamos con Fito y pegamos tan buena onda que se armó para que otro día vinieran a casa a cenar. Él vino con Claudia y su representante de entonces, Marcos Franchi. Era una persona encantadora, muy afectuosa. Con Fito pegaron una empatía increíble. Yo creo que no dije nada: no paraba de escuchar sus anécdotas y reflexiones. Era todo talento, carisma y sensibilidad. Por eso esto nos hizo tan mal a todos, y no sólo en la Argentina», puntualiza.

–¿Lo podías creer cuando se dio conocer la noticia?

–Uno nunca termina de creer estas cosas. Diego es parte de nuestras vidas y nadie quiere renunciar a eso. Yo no soy futbolera, pero a Diego lo vi muchas veces. Incluso en el Barcelona. No sé por qué en la Argentina tenemos tantas muertes tempranas de ídolos. Pienso en Evita, Gardel, Gatica… Esas muertes trágicas que nos privan de algo muy importantes a todos. Y me produce mucho dolor que murió solo y no sé si triste. ¡Una persona tan querida! El contraste con las miles y miles y miles de personas que lo despidieron es notable. Con la muerte de Diego los argentinos perdimos una parte del cuerpo. Todos tenemos una historia con él. Y admiramos su talento, su sensibilidad y coherencia con sus ideas: nació con los que menos tienen y nunca los olvidó.

Por Netflix y hasta por WhatsApp

La actividad que realizó Cecilia Roth durante la pandemia también incluye la obra por WhatsApp Audioguía para que vuelvas, en la cual completan el elenco Dolores Fonzi, Jorge Marrale, Cecilia Roth Leonardo Sbaraglia y Camila Sosa Villada. Se trata de una experiencia similar a Amor de cuarentena, pero ampliada: «Es la historia de una persona que llegó de visita a la casa de una familia que viven en la costa y conmovió. Emocional y sexualmente. Por eso todos se comunican para pedirle que vuelva. A diferencia de Amor de cuarentena, acá cada personaje tiene un guión propio y la idea es que quienes así lo quieran disfruten la experiencia escuchando a todos», destaca Roth.

Durante este año tan particular también se estrenó por Netflix Crímenes de familia, la película de Sebastián Schindel. El film logró una gran repercusión y muy buenas críticas, especialmente para la actuación de Roth: «Me puso particularmente orgullosa la muy buena aceptación que despertó la película. Se hizo con un presupuesto acotado y muy pocos días de rodaje. Pero gracias al ensayo y el esfuerzo de todos parece una gran producción. Me gustó mucho interpretar a una mujer que se anima a ver la realidad después de mucho tiempo y decide cambiar».