“Acabo de construir un estudio gigante en la última línea del Conurbano. Me interesa producir, generar trabajo, soy una persona real”, subraya con seguridad temeraria la cantante, compositora, multiinstrumentista, productora y mánager, un poco cansada -confiesa- de que después de tanto tiempo se la nombre sólo por alguna de las muchas facetas que desarrolla. Hace casi cuatro décadas irrumpió en el rock local para marcarlo a fuego con su voz, sus composiciones y su presencia arrolladora, pero a la Celeste Carballo “real”, a esta altura de las cosas, no le interesan mucho las lecturas retrospectivas que puedan hacerse de su trayectoria. Lo que nunca, jamás, va a serle indiferente es la música. Cerca de la presentación de su disco Celesteacústica, veinteaniversario, el sábado 13 de noviembre, Carballo resume la expectativa que también es, de alguna manera, el sentimiento colectivo de la pospandemia: “Lo mejor es que nos vamos a encontrar”.

Si bien durante los meses de encierro Celeste se animó a dar un paso más allá y hacer vivos desde su casa-estudio, para la cantante algunos rituales son irremplazables. “Siempre presentamos los discos en la fecha de mi cumpleaños, que es el 21 de septiembre, pero este año nos toca hacerlo ahora”, cuenta. En esta ocasión, además, hay otra celebración: la de la reedición ampliada del álbum.

Celesteacústica se lanzó originalmente en 2001, fue nominado al Grammy Latino y en miras de festejar las dos décadas, llegó la propuesta de reeditarlo sumándole material nuevo. Carballo entonces eligió incorporar “Rezo por vos”, de Charly García; “Que sea rock”, de Riff; y “Mi elemento”, de Luis Alberto Spinetta. Fabián Quintiero (teclados), Luciano Napolitano (guitarra) y Guillermo Bonetto (voz) y una sección de cuerdas a cargo de Alejandro Terán, la acompañan respectivamente en cada tema. El resto del repertorio, compuesto por clásicos de su carrera, fue remasterizado para la ocasión. Carballo había registrado algunas de esas canciones junto a invitados como Charly García, Los Ratones Paranoicos y Juanse. Celesteacústica, veinteaniversario es el resultado de ese trabajo de ida y vuelta en el tiempo.

–Este disco tiene los covers y el formato acústico para revisitar tus clásicos, algo que solés hacer con mucha comodidad.

–¿Sabés qué pasa? Las canciones son órganos vivos. Tienen potencia en sí mismas, potencia de comunicación. Yo no las tomo como un objeto de moda o de una época. Mis canciones pintan el alma humana, una parte de la psiquis, de nuestra cultura. Además, para los autores, nuestro poder económico está en nuestras canciones. 

–¿Cómo trabajaste el material que se suma al disco en la reedición?

–Desde febrero estuve trabajando con las canciones. Son todas muy fuertes, muy importantes, “Rezo por vos”, “Que sea rock”, y “Mi elemento”, que especialmente hacía rato quería grabar en un disco. La ensayaba, subía cosas a Instagram medio casuales… Después la empecé a trabajar de verdad y pensé en Guille Bonetto.

Celeste nombra al frontman de Los Cafres con un cariño especial. Se conocieron cuando Bonetto era percusionista de Los Pericos y la vida se encargó de que nunca perdieran contacto. “Cada vez que me lo cruzaba, él siempre estaba con mil instrumentos de percusión colgados”, recuerda y se ríe. “Lo escuché con Los Cafres y me encantó. Guille rompió el reggae, salió del estilo forzado y falso y le puso su voz”. Carballo le mandó “Mi elemento” en cinco tonalidades diferentes hasta dar con aquella que les quedara bien a ambos. “Con Guille encontramos algo re lindo y se plasmó en la grabación. Es el tema que más me gusta”, confiesa la cantante.

Más allá de esta celebrada reedición, hace rato que Carballo recorre un largo camino de autogestión al que va a referirse una y otra vez. La posibilidad de rescatar el dominio de sus temas fue excluyente en ese devenir: “Desde los últimos siete años hasta ahora estoy produciendo para Cecedigital, mi sello, recuperando mi material y también sumando temas nuevos en cada disco”. Cuando se trata de reversiones propias, Carballo las aborda con mucha libertad, y en esa autonomía que les reconoce a las canciones, “Querido Coronel Pringles”, una de las composiciones más representativas del folk argentino, puede convertirse en “Me voy al oeste”. Pero Celeste Carballo siempre se movió como quiso: a veces, incluso, inesperadamente. Si se erigió inicialmente como referente indiscutible del rock/blues/folk argentino, también supo ser pionera del punk local (con Celeste y la Generación), coautora de éxitos melódicos junto a Sandra Mihanovich, tanguera para cantar y componer, y siempre, siempre, volvió al rock. “¿Sabés qué pasa? –explica– Los géneros son todos parientes”.

–¿Hay algo que quieras lanzarte a experimentar?

–No, no, no se trata de eso. Sino de hacer la música que más me gusta. La música que me gusta tiene un espectro muy grande. Escribí dos zambas: “Algo nuevo”, que cierra Celeste acústica; y en Se vuelve cada día más loca (por amor al blues) sumé la segunda y última que hice en mi vida, que se llama “Alfonsina volvé a nacer”, una canción hermosísima. Y el tango, bueno… Crecí en una familia re porteña, de La Paternal. Mis hermanos mayores crecieron en los ’40, ’50 y ’60, escuchando y cantando tango amateur, en casa. Lo hacían muy bien, con mucho talento, y aprendí mucho de ellos. Tengo ese sabor a tango en la voz, por eso pude hacer un disco dedicado al tango… Mezclando mucho repertorio clásico y también algo distinto de Piazzolla, de Gotán Project, y otros que había empezado a escribir, como “Buenos Aires no tiene la culpa”, que musicalizó el maestro Pepe Colángelo.


Sin etiquetas

Celeste Carballo habla tranquila, pero no tiene ningún reparo en adelantarse a ciertas preguntas, o en marcar supuestas motivaciones que ella cree advertir detrás de los interrogantes. Eso ocurre, sobre todo, cuando se la intenta ubicar como protagonista de la escena del rock nacional. “Todo eso es el devenir de una vida. Yo no leo el libro de mi vida. Yo soy mi vida. No estoy pensando qué hice o no hice. Simplemente lo hice, porque amo la música”, dice, tajante.

–Aunque no te guste plantearlo así, te hiciste un lugar en la escena de fines de los ’70 y ’80, sos una referente para muchos, particularmente, para muchas chicas…

–Ok, pero no sigan doctrinas, no se peguen etiquetas, ¡stop!… Porque es la única forma en que vas a hacer la tuya. Yo tenía tres años y hacía literalmente recitales, en nuestra casa de Devoto. Venían todos los pibes del barrio con la sillita a escuchar. Con mi hermana Lila les robábamos la manta de la cama a nuestros viejos y la usábamos de telón. Eso nadie me lo contó, me lo acuerdo yo. Me paraba sobre un banquito y le decía a Lila: “¡Abrí el telón!”. “¿Y qué vas a cantar?”, me decía ella. “¡No sé, abrí el telón”, le contestaba yo. Eso es un destino, eso lo tenés. Importa tres carajos el feminismo o no sé qué… Vos tenés tu destino que cumplir y eso es verdadero feminismo, hacer la tuya, no ponerse etiquetas, no seguir doctrinas. ¡Mandar a la mierda a todo el mundo!… Lo que pasa es que ustedes, los que están en la rosca, manejan conceptos cerrados, de hormigón. Y yo soy anti eso.

–Pero cuando te tocó siempre diste tu opinión, no fuiste renuente a jugártela por algo o a decir lo que pensás.

–Sí, pero nunca me enganché con ninguna doctrina, no pertenezco a nada, a ningún movimiento. Tengo mis opiniones pero no participo, porque no creo en esa forma de trabajo.

Aunque detesta las categorías, Celeste hace igual su labor de hormiga contra lo establecido. “Mi baterista era el tipo más machista del universo, ¡no sabés lo que era!”, recuerda. “Lo sufrí un montón de tiempo, pero me gustaba cómo tocaba la batería. Y yo pensaba ‘éste ya va a bajar, va a tener que conectarse con la realidad’. Y un día hizo un ‘clic’ y se empezó a dar cuenta de que lo que yo le decía en los ensayos, funcionaba. Funcionaba en los shows, en las grabaciones, en los temas. Lo que yo decía era real. Y siempre fui consecuente con el trabajo, hace siete años que trabajamos sin parar, viajamos, hacemos shows, festivales, grabamos discos, siempre cobraron más que correctamente, acá todo funciona”, sostiene Carballo. Y recalca, por si hiciera falta: “Es ser consecuente. Y eso también derriba mitos. Por eso me río cuando dicen ‘Celeste Carballo, cantante’… ¡Ojalá fuera sólo cantante! Pero no, yo estoy en todos los rincones de este laburo”. «


¿Cuándo?

Celeste Carballo presenta Celesteacústica, veinteaniversario. Sábado 13 de noviembre en el ND Teatro, Paraguay 918.


El oficio de ser y hacer música

“Los músicos no hacemos paro, no hacemos piquetes, no cobramos IFE ni somos considerados pyme”, dice Celeste Carballo. “Y sin embargo, nosotros participamos de la economía en la Argentina, ¡no sabés la cantidad de impuestos que pago! Y desde hace años… Pero no, a los músicos nos ven como muñequitos, objetos de adoración. Por eso yo rechazo eso de plano. Porque soy un ser humano que vive en la Argentina, trabajo, produzco. Construí el estudio con una propiedad que vendí, jamás compré dólares”, recalca. “Es una laburo que está invisibilizado, porque nadie lo conoce. Ni los periodistas, incluso los especializados, lo saben. La gente no sabe qué significa todo lo que hay detrás de un tema grabado. Piensan que vas, cantás, todo muy lindo y se acabó. Es muy difícil traducirlo en palabras, pero en cada entrevista que hago bajo línea porque me parece importante que el público, la gente que compra los discos, que paga una entrada para ir a vernos al teatro, lo sepa”.



El homenaje a Charly y las sorpresas que se vienen

El fin del invierno marcó una vuelta muy especial para Celeste. Como un aperitivo antes de la presentación de Celesteacústica, veinteaniversario, la cantante disfrutó de ser parte del homenaje a Charly García en el CCK, donde interpretó “Rezo por vos” junto a Lito Epumer. “Fue una fiesta, estuvo buenísimo, me encantó”, sintetiza feliz. “Me encontré con mucha gente conocida y también amigos nuevos, músicos, músicas. Ver a la gente disfrutando y haciendo el repertorio de García, que es tan explosivo, activo, fuerte y necesario, fue genial”.
Sobre lo que se viene en el ND Teatro, Celeste adelanta: “Vamos a hacer los temas de Celesteacústica, veinteaniversario con Pedro Colpachi en batería; un bajista nuevo, Víctor Sanders; Gonzalo “Gaita” Lattes en la guitarra, y Gimena Álvarez Cela en los teclados. También vendrá el conjunto de cuerdas que le da el sabor tan característico al disco y tendremos músicos invitados sorpresa. Será una noche muy linda.»

Celesteacústica, veinteaniversario

  1. Me voy al oeste.
  2. Sabemos que vuelvo pronto
    (con los Ratones Paranoicos).
  3. Ahora estoy en libertad.
  4. Blues del veraneo.
  5. Los poetas de Latinoamérica.
  6. Paloma.
  7. Me vuelvo cada día más loca.
  8. Buscábamos vida (con Charly García).
  9. Un tango desnuda.
  10. Una canción diferente (con Juanse).
  11. Confío.
  12. Algo nuevo.
  13. Rezo por vos (con Fabián Quintiero).
    14.Que sea rock (con Luciano Napolitano).
  14. Mi elemento (con Guillermo Bonetto).

Nuevo álbum de Celeste Carballo. Popart Discos/Sony Music/Cecedigital.