Harlots

Creada por Moira Buffini y Alison Newman para Hulu (en Argentina se da por Fox Premium), esta serie ambientada en la Londres de mediados del siglo XVIII cuenta la historia de las prostitutas de la ciudad, o sea de una de cada cinco mujeres en ese entonces. En el primer capítulo una mujer entrega la virginidad de su hija convencida de que así tendrá un mejor porvenir que el de ella. Al inquieto por la historia, en especial por la moderna y la del desarrollo capitalista, no le llamará la atención: las fuerzas desatadas por un incipiente capital que encontraba la forma de crecer exponencialmente hizo de Londres un verdadero laboratoria del capitalismo en esos tiempos, algo de lo que un siglo después daría cuenta con maestría Karl Marx. En la serie se puede ver cómo todo lo que hoy es tropelía cuando no lisa y llanamente violación de la ley (como la violación misma), en esos tiempos eran moneda corriente de curso legal. Ideal para entender que el entramado del patriarcado tiene larga data y excede la explotación propia del sistema capitalista.

Glows

La serie creada por Liz Flahive y Carly Mensch es de lo mejor estrenado en lo que va del año. Con un elenco encabezado por Alison Brie, Marc Maron y Betty Gilpin, cuenta la historia de un grupo de mujeres con dificultades para conseguir trabajo, en especial una actriz demasiado seria para que le den un papel, que terminan haciendo el casting de un programa de lucha libre femenina. Con mucha gracia por momentos y la siempre atractiva década del 80 como fondo, la serie también muestra cómo se fue gestando esa solidaridad femenina que hoy resulta tan conmovedora como revolucionaria: dejando atrás el estereotipo masculino al que se vieron sometidas, comienzan a tejer lazos entre ellas para salir adelante en los Estados Unidos de Ronald Reagan. Original de Netflix.

Crazy Ex-Girlfriend

Esta serie creada por Rachel Bloom y Aline Brosh McKenna además tiene la particularidad de ser una de las pocas dedicadas al género de la comedia musical. Eso no quiere decir que se cante todo el tiempo, sino que intenta algo más accesible para la televisión: se canta poco pero los números musicales son de gran calidad. Y tampoco hace gala del drama, sino más bien que adopta el humor para dar cuenta de la historia de Rebecca Bunch (la misma Bloom), una joven y exitosa abogada de Nueva York que sobrepasada de estrés y responsabilidades cree que encontrará la salvación en un antiguo novio de la adolescencia. Para eso se muda a West Covina, pueblito californiano del que «casualmente» es vecino su ex novio. Esa es la trama que da lugar a todo lo demás, que son los temas importantes para las mujeres hoy (aunque no todos): amistad, peleas, machismo, despecho, romance.

Jessica Jones

No podía faltar una super antiheroína en esta lista. Y nada mejor que la serie creada por Melissa Rosenberg en base a la historia original surgida del cómic Alias, creado por Brian Michael Bendis y Michael Gaydos. Jessica Jones gana sus superpoderes al sufrir un accidente automovilístico junto a sus padres en un cuartel general donde se experimentaba con radiación. Mejor que eso es, sin embargo, el rechazo y la refracción que ella siente a ese nuevo poder que tiene, que siente como una responsabilidad que, de haber podido elegir, jamás habría optado por tenerla. De ahí, acaso, que nunca termine de controlarla del todo, algo que le genera innumerables problemas. Su dejadez y oscurantismo por momentos resulta subyugante. Su aporte a tratar de reflejar a la nueva mujer -por llamarlo de alguna manera- es que pese a vivir experiencias de terror (violación, control mental, asesinato) igual hay vida; es posible contraatacar, enfrentarse y derrotar a los victimarios.

Las chicas Gilmore

Serie ya finalizada pero que vale la pena visitar si da el tiempo y las ganas para ver cómo era la visión femenina a principios de este año. Creada por Amy Sherman-Palladino, cuenta la historia de Lorelai Victoria Gilmore (Lauren Graham) y de su hija Lorelai «Rory» Leigh Gilmore (Alexis Bledel) en la ficticia ciudad de Stars Hollow, Connecticut. Y el tema pasa porque Lorelai le tiene que pedir plata a sus padres -a quienes no ve desde el nacimiento de su hija- para estudiar, y ellos, a cambio, le exigen una cena semanal los días viernes. Y allí, como solía decirse emulando a los amantes de las carreras de caballos, se ven los pingos. Cenas llenas de humor y afecto para ver qué fue de las relaciones familiares de hace tan poco tiempo a esta parte.