El contundente éxito de The Handmaid’s Tale y Big Little Lies llamó la atención de muchos espectadores respecto a producciones relacionadas con temas de género. Si bien el ímpetu femenino por ganar más espacio en las historias audiovisuales viene en ascenso desde al menos el inicio de la década actual (la importancia de los personajes de mujeres en Game of Thrones es una clara muestra), luego de las denuncias contra Harvey Weinstein por abuso sexual y los consecuentes movimientos #MeToo y Time’s Up, se percibe y habla de una especie de fenómeno.

En pos de darle un orden al panorama, se pueden separar según su relación con el género. Así, en primer lugar están las directamente relacionadas con la temática, como las dos mencionadas. La encabezada por Elisabeth Moss en la plataforma Hulu –el servicio pergeñado por los grandes estudios de Hollywood, segundo en suscripciones en Estados Unidos después de Netflix, y sólo disponible en Japón fuera de ese país– llevó a varios canales y plataformas de todo el mundo a comprar los derechos de emisión, aunque no siempre en simultáneo. Ahí se inscribe Paramount en Argentina, que aún está en la primera temporada cuando Hulu ya lanzó la segunda en Estados Unidos y Japón. Pero sin dudas fueron los comentarios a nivel internacional y los premios conquistados por el poderoso alegato feminista que representa la distopía imaginada por la escritora Margaret Atwood, los que posibilitaron su estreno local.

El caso de Big Little Lies fue distinto. HBO apostó por ella desde el primer momento, y resultó, en términos de premios –algo especialmente caro a la cadena, que prácticamente los encabeza desde los tiempos de Los Sopranos– sumamente redituable. La señal vuelve a mostrar que ganó su prestigio en buena ley entregando un producto de alto vuelo, aunque con un target diferente al de la serie de Hulu. También significa la apertura a productoras no encabezadas por hombres: Reese Witherspoon y Nicole Kidman armaron su productora a partir de este proyecto, y tienen en carpeta varios con protagonismo femenino en los que HBO está involucrado.

Pero el actual mundo femenino (al menos en términos de su visibilidad), no se agota allí. Pese al “remoloneo”, Netflix estrenó la tan anunciada segunda temporada de la heroína de Marvel, Jessica Jones. Luego de una gran primera entrega que hizo prometer una pronta continuidad, los capos del streaming encontraron –y expusieron– una excusa tras otra para no poner en marcha la segunda temporada. Sea por la oleada feminista o no, lo cierto es que Jessica Jones volvió en plena cresta de la ola.

Con menos alharaca, OnDirectv estrenó la muy buena miniserie inglesa Liar. Su título y promoción llaman un poco a engaño: un caso de abuso en el que se trata de implantar la duda de quién miente. Sin embargo, desde el principio se evidencia el abuso de poder por parte del hombre, a la sazón cirujano de renombre. Así, la historia intenta y consigue mostrar que no solo hay violencia en el acto de abuso en sí, sino también en su periplo posterior.

Por último, se puede hablar de las “genéricas”, que serían aquellas que no basan sus tramas a partir de temas de género pero en las que sin embargo tienen centralidad. Ahí se ubican desde la popular Game of Throne en la que los personajes de Khaleesi y las hermanas Arya y Sansa Stark concentra varios de los temas actuales de las mujeres más jóvenes o Los 100 (con fuertes líderes mujeres), hasta las miniseries como Collateral, en la que una agente de policía resuelve crimen importante relacionado con la migración ilegal en Londres, y lo hace precisamente por pensar como mujer y no como varón. Sin olvidar pasar por el meridiano de Good Girls Revolt, la exitosa serie de Amazon sobre la desigualdad laboral y económica en una revista a fines de los 60, que fue sacada de circulación durante un tiempo por “falta de audiencia mínima” sin cifras que lo corrobararan, hasta que “mágicamente”, entre #MeToo y salida de la dirección de desarrollos de medios de Roy Price precisamente por abuso sexual (por denuncias en #MeToo), la serie volvió a ser emitida.

Este es sólo un sencillo y somero esquema que incluye ya decenas de títulos (por sólo nombrar los que acuden a la memoria más rápido: Orange a New Black, Girls, Grace and Frankie) que dan cuenta desde distintas perspectivas sociales, laborales y etarias, de lo que hasta no hace mucho se disfrazaba como misterio femenino y no es más que un sistema de dominación llamado patriarcado.

Cinco recomendaciones:

The Handmaid’s Tale (dos temporadas hasta el momento)

En un futuro cercano, la esterilidad hace peligrar la reproducción de la población. Un grupo fundamentalista da un golpe de estado, se hace con el gobierno en Estados Unidos y somete sin cortapisas a todas las mujeres. Las fértiles son obligadas a ser fecundadas por los hombres que dieron el golpe. Todo bajo una fuerte prédica cristiana. 

Big Little Lies (segunda temporada en 2019)

Se centra en lo que muchos analistas consideran la fracción emergente de la actual clase dirigente: quienes comandan las grandes empresas de Sillicon Valley, el mayor centro tecnológico del mundo. En particular, las mujeres. Gustos y costumbres de nueva sofisticacion, y sobre todo disputas de prestigio social a través de los hijos.

Jessica Jones (dos temporadas)

La heroína de Marvel refleja a una chica popular agobiada por un poder especial que nunca buscó. La falta de sororidad, la pretensión de los hombres de sojuzgarla o sacar ventaja de su poder, la falta de perspectivas y de un futuro que no sea seguir peleando todos los días.

Liar (Miniserie)

Intenta mostrar -y lo consigue- la doble violencia que sufre la mujer violada: luego de la física de la violación, viene la institucional. La relación asimétrica que la hizo víctima se vuelva a poner en marcha a través del sistema burocrático y legal que le exige una demostración de pruebas que al victimario está lejos de reclamarle.

Good Girls Revolt (una temporada)

En pleno Flower Power, tres jóvenes periodistas buscan ser tratadas igual que los hombres en la redacción de una revista importante. Pero son relegadas, en el mejor de los casos, a las notas de Información General: Vietnam, los casos policiales, las disputas políticas son cosas de hombres. Lo mismo que los buenos sueldos.