Con la dinámica del avance de la tecnología como situación que ante nada se detiene, un realizador le dio forma a un film experimental que recientemente llegó a la Sala Gaumont. Réquiem para un film olvidado, la opera prima del director Ernesto Baca, sobresale por su naturaleza estética, fundamentalmente por haber nacido a partir de fragmentos de las películas anteriores que no lograron salir de la frontera impuesta por la isla de edición. 

“El tipo de producciones que hago apunta al espectador despierto, al que busca otra cosa. Concretamente, esta nueva película nace porque el cine desde hace unos 100 años se hace con material fílmico: hoy la llegada de lo digital cambió el paradigma a la hora de hacer cine. Ese cambio me llevó a hacer una producción que habla sobre este fenómeno relativamente nuevo para el cine mundial”, confiesa el director.

En términos de procesos creativos, Baca utilizó sus films pasados para construir uno nuevo. Así lo explica: “De todas las películas que hice hasta el momento, mucho material me había quedado afuera, así que con las sobras de esas otras películas fui construyendo un nuevo relato. Con esos tallos o esquirlas armé un rompecabezas que se mezcla con mi vida y lo que me pasa como director al sentir que la manera en que se hacían las películas antes ya forma parte del pasado. Hoy lo digital es la norma y poder filmar con cintas es un lujo del pasado.”

En ese contexto donde una tecnología le da paso a otra instancia, el contexto digital no está exento de inconvenientes económicos. “Lograr hacer cine experimental de este tipo lleva tiempo y esfuerzo. Pudimos aplicar para un subsidio del INCAA, fuimos con el riesgo de saber que teníamos una propuesta arriesgada pero finalmente obtuvimos lo que necesitábamos, más allá de lo modesto del presupuesto. Hacer cine, cualquiera sea su tipo, sigue siendo una tarea complicada en nuestro país”, concluye. «

Réquiem para un film olvidado, de Ernesto Baca. Sala Gaumont (Av. Rivadavia 1635) a las 18:45.