Con la idea de exhibir las múltiples características de un evento de una enorme riqueza cultural, el realizador Fabián Duek le dio vida a un film que pone en pantalla una de las costumbres más arraigadas del pueblo boliviano. Se trata del documental Cocanis, camino al Carnaval, una propuesta que rescata desde múltiples ángulos mucho de lo que sucede en el Festival de Oruro.

Desde el 1° de octubre y durante todo el mes, el Centro Cultural San Martín exhibirá la producción que encabezó Duek, una ópera prima filmada entre octubre de 2019 y marzo de 2020 tanto en Buenos Aires como en Oruro, Bolivia. El film pone hace foco en las tradiciones y costumbres del pueblo que, ya sea como residentes de la capital argentina o del país andino, llegan a la ciudad donde desde siglos atrás se celebra un evento que, en realidad, convoca a toda Sudamérica. “A todos los que estrenamos por estos días nos pasa algo particular, debe ser porque llegar a este punto en mucho tiene que ver con lo que la pandemia hizo de nuestros trabajos, y los inconvenientes por los  que pasamos. El estreno deja un buen final para que una historia que tiene como protagonista central al pueblo boliviano”, afirma Fabián Duek como responsable del film.

Para el director, Cocanis, Camino al Carnaval es una película que, más allá de lo celebratorio de las imágenes, exhibe una temática de debate y resistencia por partes iguales. La película muestra cómo esperan y se preparan para el festival un grupo de inmigrantes bolivianos que viven en la Argentina, quienes mantienen vivas las raíces de esta tradición. “Creo que en esta trama se articulan historias personales y una fuerte ligazón con los pueblos originarios. Si tengo que contar por dónde viene la película, creo que viene justamente por ahí. Es por eso que puede verse cómo es la vida de esos pueblos dentro de un mundo globalizado, algo que en pantalla queda bien claro. De parte de ellos hay mucho rechazo y tensiones por todo lo que impone la globalización, así que eso está en el centro de lo que pudimos captar con nuestras cámaras. La multiculturalidad que se vive en Bolivia me pareció desde siempre un fenómeno maravilloso, y eso también queda expuesto en pantalla”.

Tratar de abordar todas las aristas que expone el film llevó a Duek a encarar una investigación previa donde muchos fueron los elementos a tener en cuenta: “Hicimos un gran trabajo previo para entender lo que íbamos a registrar, pero por sobre todo lo realizamos porque no queríamos ir en completa ignorancia. Hay varios temas con los que nos educamos durante la filmación de la película. Por ejemplo, conocimos a La Fraternidad, el equivalente a una Escola de Samba en Brasil, y al investigar sobre ellas nos tuvimos que meter de lleno en la historia de Bolivia, sus revoluciones nacionalistas, la promoción de los derechos de voto entre los indígenas, la izquierda boliviana de la década del 50 y 60. Fueron muchas cosas que salieron de su opacidad y que al hacerlo nos ayudó mucho”.

La película, a través de las voces que aparecen, ayuda a comprender de diferentes formas a la sociedad boliviana y el amor que profesan por el Carnaval. Para el director, “la gente que participó lo hizo de buena gana. Hubo otros que no querían hablar y de hecho no lo hicieron. Lo que ellos esperan es conocer tu postura, cómo te acercás, si tus maneras son respetuosos. Los principales personajes que aparecen en pantalla son maravillosos porque nos abrieron sus casas durante la celebración. En el medio, ellos vivían sus vidas, complicaciones y vicisitudes. Hubo muchas cosas que en el camino de la filmación se fueron dejando de lado por expreso pedido de estas personas. Todos ellos fueron muy generosos”.

Durante todos los meses que duró la filmación, no fueron pocas las instancias en las que el director se sintió sorprendido por todo lo que rodea al festejo. “Una de las cosas que más me llamó la atención fue que dentro de las mismas familias había distintas opiniones sobre algo específico, o temas políticos, sin embargo tienen una manera notable de solucionarlo, situación que incluye mucho debate y diálogo. Son todos muy respetuosos cuando algo que ven en el festival que no es de cierto agrado, y eso me sorprendió notablemente. Otra cosa que me impactó, sobre todo considerando que no soy una persona religiosa, es algo del orden de lo místico. Siendo un ser ajeno a sus costumbres, sentí cómo vibraban con sus promesas y eso se vuelve sobrecogedor para sentir y filmar”.

Una película como Cocanis, camino al Carnaval, podría ser una gran oportunidad para quienes quieran acercarse a conocer uno de los eventos más representativos del pueblo boliviano. Fabian Duek aclara: “En la Argentina viven casi tres millones de bolivianos, pero nosotros los dejarmos lejos. No hice todo esto con un ánimo didáctico, pero creo que el único logro que puede tener la película es ofrecernos un poquito de profundidad sobre un pueblo vecino que tiene una cultura muy rica y profunda”.

Cocanis, camino al Carnaval

Una película de Fabián Duek. Estreno: sábado 1 de octubre a las 19. Funciones: jueves y viernes a las 19, sábados y domingos a las 17 y 19. Centro Cultural General San Martín, Sarmiento 1551.